El Gobierno saca pecho en economía

Tal como era de prever, el Gobierno presentó ayer un cuadro macroeconómico y un programa de estabilidad a lomos de un optimismo poco compatible con los datos reales de la economía de los ciudadanos y con lo que aconsejaría la mínima prudencia habida cuenta de las drásticas oscilaciones de la economía española -recaídas incluidas- desde que empezó la crisis. Ciertos datos positivos de los grandes parámetros y la proximidad de las elecciones europeas explican esa machada gubernamental.

La primera previsión sorprendente anunciada ayer es que el déficit público de este año no será del 5,8% del PIB como se había pactado con la Comisión Europea, sino del 5,5%; y del 4,2% para el 2015. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, asegura que no se trata de un ejercicio ideológico, sino de rigor para enderezar la economía. Las comunidades autónomas se verán afectadas por ese giro y tendrán que dar otra vuelta de tuerca a los gastos si las previsiones del Gobierno -más ingresos por el crecimiento de la economía y menos gastos por la disminución de los intereses de la deuda- no se cumplen. Pese a las afirmaciones del ministro, con otra ideología esas tres décimas adicionales se podrían dedicar a disminuir la asfixia de los programas sociales de las autonomías, por ejemplo. Con estimaciones de crecimiento del PIB no muy distantes de las del propio Gobierno, la Comisión Europea prevé un déficit del 6,5% para el año que viene, y el Banco de España, del 5,5%. Demasiada distancia con el proyecto gubernamental aprobado en el Consejo de Ministros, que prevé esa reducción incluso bajando impuestos.

Otra sorpresa consiste en los pronósticos de creación de 600.000 empleos en los dos próximos años (0,6% este ejercicio y el 1,2% el próximo). Las proyecciones contrastan nuevamente con la Comisión y el Banco de España, que, partiendo de bases semejantes a las del Ejecutivo, estiman que el empleo crecerá el 0,1% y el 1,1%, y el 0,4% y el 0,9%, respectivamente. Pero, sobre todo, contrastan con los datos de la EPA del primer trimestre que conocimos hace solo 48 horas: el crecimiento económico que vive España apenas tiene reflejo en la ocupación, como demuestra el hecho de que en el primer trimestre del año -0,4% de mejora del PIB- se destruyeron 184.600 puestos de trabajo: más de 2.000 al día.