¿Gobierna Artur Mas?

Si no fuera porque se mantiene la frecuencia de las protestas en la calle --el pasado fin de semana Barcelona vivió otra gran manifestación--, se diría que en Catalunya ya no hay recortes sociales ni la población considera la crisis como su principal problema. Casi no se habla de ello. Enfrascado en el proceso soberanista, el Govern de Artur Mas se dedica a preparar la consulta sobre el derecho a decidir y a la confrontación con el Gobierno de Mariano Rajoy.

A mediados de marzo, no hay noticia de los Presupuestos de la Generalitat del 2013, que aún no han sido presentados, ya que la convocatoria electoral adelantada de noviembre provocó la prórroga de las cuentas públicas del 2012. Tampoco hay noticias de medidas aprobadas por el Govern para combatir la crisis.

Algún medio de comunicación, como este domingo EL PERIÓDICO, recuerda a Mas los retos a los que se enfrenta, aunque en general la opinión publicada se concentra en los avatares del proceso soberanista, en los casos de corrupción y en el escándalo del espionaje. Pero, en medio de esta enmarañada situación, las actuaciones, si las hay, del Gobierno de Mas para aliviar la crisis, posiblemente uno de los motivos por los que CiU perdió 12 diputados, pasan inadvertidas. Es decir, la lección de las elecciones sigue sin aprenderse.

Presupuestos de abril

La previsión actual es que los Presupuestos se presenten a primeros de abril, una vez trascurrida la Semana Santa. Lo único seguro es que serán presupuestos de pasión, aunque el grado de sufrimiento dependerá del objetivo de déficit que finalmente se establezca. El 'conseller' de Economía, Andreu Mas-Colell, desearía un tope del 1,7%, frente al 0,7% fijado por Bruselas y por el Gobierno del PP. Con un 0,7% de déficit, los recortes que habría que hacer serían "monstruosos", en palabras del titular de la cartera económica.

El enfrentamiento por la opción soberanista no ayuda a que el Gobierno central relaje sus exigencias en el déficit público

El retraso en los Presupuestos obedece a que el Gobierno catalán está esperando si la Unión Europea (UE) flexibiliza el déficit para España y consecuentemente el Gobierno de Rajoy hace lo propio con las comunidades autónomas, como sería lógico. Existe, sin embargo, el precedente negativo de la subida del IVA, cuyo aumento en la recaudación no ha sido repartido entre las autonomías y se lo ha adjudicado todo la Administración central.

Otro signo negativo para el Gobierno de la Generalitat son las amenazas del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de aplicar la ley de estabilidad presupuestaria a las cinco comunidades autónomas que han incumplido el objetivo de déficit en 2012, entre ellas Catalunya, que, con un gran esfuerzo, ha cerrado el ejercicio rozando el 2% frente al 1,5% comprometido.

Es inevitable recordar, en cualquier caso, que CiU votó junto al PP en el Congreso de los Diputados a favor de la ley de estabilidad presupuestaria que Esquerra Republicana (ERC) no acepta y exige ahora a CiU que la incumpla.

El enfrentamiento debido al proceso soberanista no ayuda nada a que Montoro relaje sus exigencias por razones estrictamente políticas. Cuando CiU y el PP eran aliados --hace cuatro días, aunque ahora parezca que han pasado cuatro años--, el Gobierno catalán fijó el déficit del 2011 en el 2,6%, exactamente el doble de lo marcado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Pero entonces no había amenazas, sino comprensión y abrazos.

Ante este jeroglífico imposible de descifrar, la única solución que se le ocurre al líder de ERC, Oriol Junqueras, es advertir a Mas de que votará junto a CiU para aprobar los Presupuestos si se echa la culpa a Madrid de los recortes, si el presidente de la Generalitat argumenta, más aún de lo que lo hace, que el Gobierno del PP es el único responsable de todas las consecuencias negativas de la crisis en la sociedad catalana.

Es decir, a Junqueras no le preocupa tanto el sufrimiento de la gente, sino señalar un culpable. Está dispuesto a votar a favor de más recortes si se desvía el tiro hacia el Gobierno central. Y eso después de haber lanzado un par de advertencias a Mas, mencionando incluso la posibilidad de ir a otras elecciones anticipadas, porque ERC no había sido informada de que el Govern iba a retirar una nueva paga extra a los funcionarios.

En el esquema infantilista de ERC, todo sirve para abonar la vía soberanista. Pero algunos sectores de Convergència empiezan a revolverse ante la trampa en que se encuentra el Gobierno catalán, enfrentado por una parte a la línea dura que se impone en el PP y, por otra, al maximalismo de Esquerra, que insiste en su misión imposible de ser a la vez aliado del Gobierno y primer partido de la oposición.

Nueva resolución

El miércoles, el Parlament vuelve a votar una resolución sobre el derecho a decidir, presentada esta vez por los socialistas y sin referencia alguna a la soberanía catalana. Es el mismo texto que se votó en el Congreso de Madrid y que puede contar con el apoyo de 107 diputados (de 135) frente a los 85 que respaldaron la declaración de soberanía.

Al presentar la resolución, el líder del PSC, Pere Navarro, tendió la mano a Mas para una posible colaboración si se desmarcaba de ERC y se comprometía a que el proceso se desarrollara siempre por cauces legales. ¿Seguirá Mas la vía rupturista de ERC o moderará su estrategia acercándose al PSC? Lo más probable es que siga eligiendo la primera alternativa, aunque después de la votación de esta semana empezará a haber respuestas.

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