Dos miradas

Gladiadores

Los sentimientos y las ensoñaciones de Puigdemont son muy comprensibles. No tanto que todos los ciudadanos de Catalunya se vean obligados a luchar en la misma arena que él

Carles Puigdemont, en Bruselas, el pasado 12 de enero con los diputados de Junts per Catalunya.

Carles Puigdemont, en Bruselas, el pasado 12 de enero con los diputados de Junts per Catalunya. / periodico

EMMA RIVEROLA

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Puigdemont ha compartido en twitter un vídeo con los mejores ingredientes de la propaganda. Un montaje de imágenes reales creado para desbocar la emoción. Nada es falso, pero la combinación de algunas escenas lleva a conclusiones tan falsas como impúdicas. La secuencia es clara: golpes y más golpes del 1-O, una imagen en blanco y negro de Franco y Hitler, otra de Rajoy y, a continuación, imágenes épicas del pueblo: manifestaciones, pancartas gigantes, abrazos, gestos de vitoria frente a las urnas... De fondo, palabras encendidas de los líderes del ‘procés’. La música también se adapta al guion, del ritmo tremebundo del principio desemboca a la épica inflamada de… ¡Gladiator

Mártires y héroes. Esta es la Catalunya que pretende mantener viva Puigdemont. Quizá la única que puede creer en él como el único presidente de la Generalitat posible. El resto, quizá nos conformaríamos con un president y un Gobierno que gobierne y que la defensa y el afán de sus ideales no les impidan trabajar por el bien de todos. ¿Cuánto del sueño de Puigdemont hay en Máximo Décimo Meridio? El héroe de Gladiator. El hombre injustamente despojado de sus tropas y sus honores que solo vive para vengar la afrenta y el asesinato de los suyos.

Los sentimientos y las ensoñaciones de Puigdemont son muy comprensibles. No tanto que todos los ciudadanos de Catalunya se vean obligados a luchar en la misma arena que él.