tú y yo somos tres

Gazpacho

Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal.

Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal. / periodico

FERRAN MONEGAL

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Todo les engorda. Creado el suceso televisivo, sacan las repercusiones obtenidas -cuanto más críticas, mejor- y lo vuelcan la semana siguiente retroalimentándose del barullo conseguido. La base del éxito es el ruido. Han llenado casi una hora de Hable con ellas (T-5) reemitiendo el clinch entre Beatriz Montañez y Bertín Osborne de la semana anterior, y luego, con los mismos contendientes de nuevo en el plató, han procedido al pago de los 1.000 euros de la apuesta que Beatriz ha perdido, y han escenificado el armisticio brindando con gazpacho, el propio gazpacho que Bertín fabrica. ¡Ahh! Qué comilona, qué engorde colectivo. Ha engordado el programa consiguiendo el mayor índice de audiencia de su historia: 21,5% de share. Ha engordado Beatriz al transformarse en la presentadora estrella del momento; en vista de su extraordinario punch y habilidad para generar cacao televisivo, las cadenas se la van a rifar para ficharla; los 1.000 euros que ha perdido han sido la mejor inversión de su vida. Y ha engordado Bertín, porque lo que más nos ha quedado de este show es el gazpacho que él comercializa. ¿Alguien se acuerda de lo que fue el origen de esta trifulca? Venezuela, Hugo ChávezNicolás Maduro, Pablo Iglesias... Nada. ¡A por el gazpacho! Ese es el asunto. Y nosotros en casa, embobados, mirando cómo se lo van zampando crudo.

PAGUE, Y MUÉRASE. - El anuncio del ministro De Guindos de comenzar a devolver el préstamo de los 40.000 millones del rescate fue pespunteado por Santiago Niño Becerra en 8 al día, de Josep Cuní (8TV). Dijo el economista: «El pacto que el Gobierno de España aceptó fue que lo primero era pagar la deuda. O sea, antes se morirá un niño de hambre, o un enfermo por falta de asistencia médica, que dejar de pagar a los acreedores europeos». Puede parecer una advertencia tremendista la de Niño Becerra, pero es una verdad aplastante, que las noticias de actualidad corroboran. Me viene ahora a la memoria aquel punzante libro de Luis Racionero titulado El Mediterráneo y los bárbaros del Norte. Cuenta en él un lance histórico aleccionador. Le preguntó Alejandro Magno a Diógenes«¿Qué puedo hacer por ti?»; y Diógenes contestó: «Apartarte, para que me toque el sol». Lo terrible de hoy es que los bárbaros prestamistas del norte se doran al sol porque nuestro Gobierno ha aceptado que el pueblo español se quede a la sombra de una letal miseria.