tú y yo somos tres

Ganar sin luchar

FERRAN MONEGAL

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Le decía Jorge Moragas a Susanna Griso (A-3 TV): «Rajoy manda con silencios. Tienes que saber interpretar lo que no dice. Su no movimiento es un movimiento en sí mismo. Es una virtud política maravillosa. Es un arte especial. ¡La fuerza del no movimiento!». ¡Ahh! Este aparte que mantuvo Susanna con el jefe del gabinete de Rajoy, y director de su campaña, ha sido un prodigio. Moragas intentaba elevar a categoría el famoso quietismo de Rajoy. Se apoyaba incluso en textos clásicos, como  El arte de la guerra de Sun Tzú. Hombre, no hacía falta irse a la China del siglo V antes de Cristo. Hubiera bastado con recordar a Bruce Lee, que siempre solía decír que ganar sin luchar era la máxima aspiración, la más sublime quintaesencia, de un guerrero. El análisis del quietismo de Rajoy, a pesar de los esfuerzos de Moragas, arroja no obstante dudas. Hay quien sostiene que su célebre falta de acción no es una premeditaba y espléndida estrategia para sembrar el desconcierto en los rivales y enemigos. Hay quien asegura que solo es el estado natural de un ser pasivo. La consecuencia de una especie de apatía. El psicoanalismo moderno eso lo asimila al miedo, al temor, al sobresalto ante lo que pueda venir desconocido. A Susanna Griso le dijo, por ejemplo, recordando aquel pequeño accidente -afortunadamente sin consecuencias- que tuvo en un helicóptero: «A un helicóptero no he vuelto a subir». ¡Ah! Es muy natural después de aquel susto. Es curioso, al día siguiente de esta sesión televisiva, en El 33, reemitieron la entrevista que Josep Maria Espinàs le hizo al célebre mentalista  Doctor Fassman el 8 de febrero de 1987 en Identitats. En un momento dado Fassman le cuenta que a base de sesiones de hipnosis regresiva curó a Juan Domingo Perón de su miedo a volar. Al parecer no quería coger un avión nunca, porque de pequeñito tuvo un susto. ¡Ah! Si Fassman estuviera todavía entre nosotros podría mitigar el miedo de Rajoy al autogiro.

O sea que una cosa es el temor, y otra el quietismo. No ha demostrado quietismo Rajoy estos últimos días. En A-3 TV ha tenido un final de campaña muy glorioso con Pablo Motos y Susanna Griso. Es meditable este no quietismo televisivo. El debate a cuatro lo hicieron hace 15 días, que es la mejor manera de que hoy nadie se acuerde de nada en absoluto. Pero los masajes en la tele se los han reservado a Rajoy lo más cerca posible del 26-J. ¡Ah! ¡Qué maniobra! Dejaría pasmado al mismísimo Sun Tzú.