tú y yo somos tres

Un futuro Papa afeitando a Borges

ferran Monegal

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El Jueves Santo, TVE (La 2) trasladó sus cámaras a la Catedral Magistral de Alcalá de Henares para enseñarnos a monseñor <b>Juan Antonio Reig Pla</b> haciendo la ceremonia del lavatorio de pies a una docena de escogidos y selectos feligreses. Se iban desnudando un pie -limpísimos todos- y el cardenal, rodeado de una corte de diáconos, monaguillos de lujo y varios asistentes, hincaba la rodilla, les echaba un poco de agua y les secaba con fina toalla de algodón. La profusión de primeros planos de Reig Pla que nos ofreció TVE seguramente querían resaltar la humildad cardenalicia. Todo un cardenal, en pleno sacrificio de la imitación de Jesús, arrodillado y limpiando pies. No lo consiguieron del todo. La imponente indumentaria, el brillo de su precioso anillo, la colosal corte que le arropaba y la pompa y el boato circundante diluyeron lo poco de generosidad que pudiera haber en aquella ceremonia, más teatral que piadosa. Pero con la elección de este cardenal TVE ha conseguido un gran estrépito, eso sí. Reig Pla es el tristemente famoso monseñor que nos ha deparado homilías contra los homosexuales («Se corrompen, se prostituyen, van a clubes de hombres nocturnos, y encuentran el infierno»), o contra los divorciados que se han vuelto a casar, a los que niega la comunión eucarística, salvo que «vivan en plena continencia y se abstengan de los actos propios de los esposos». ¡Ah! Con la elección de este cardenal TVE se ha asegurado un gran estruendo, en efecto. Supongo que les da igual que haya sido un clamor de indignación. De paso, TVE ha dejado claro cual es el ideario -no voy a llamarlo cristiano- que le interesa impulsar para que prevalezca.

El Viernes Santo tuvimos otra estampa meditable. Contrasta con la anterior. La vimos en la interesantísima miniserie '<i>Llámame Francisco'</i> (T-5), excelente repaso a la vida de <b>Jorge Bergoglio</b> antes de ser elegido <b>Papa</b>. El momento ocurre cuando Bergoglio, joven jesuita profesor en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, invita a <b>Jorge Luis Borges</b> para que de unas clases magistrales. Era el año 1965. Borges ya estaba prácticamente ciego. Y como no podía valerse por sí mismo, Bergoglio le hacía de asistente. La escena afeitándole, mojando sus mejillas con la brocha, delicadamente, ha sido extraordinaria. En el humilde jesuita Bergoglio, rasurando a Borges, hemos visto la grandeza que no ha conseguido, ni de lejos, el purpurado Reig Pla lavando pies.