Yo fui un 'niño Strong'

Yo fui un 'niño Strong', lo digo con orgullo. 'Strong' fue mi primer contacto con la cultura y lo que se convertiría una década después en mi forma de vida me la dio una revista publicada porla editorial Argos que en dos años de existencia hizo el trabajo sucio: educar a los niños en el librepensamiento durante el tardofranquismo. Años después aprendí a valorar el fogonazo que supuso su publicación. A mí los tebeos me parecían un coñazo, pero 'Strong' no era un tebeo. 'Strong' era un cómic, el compañero de viaje perfecto para un niño que se pasaba el día coleccionando todo lo relacionado con el 'proyecto Apolo' y que era un poco marciano.

'Strong' me sitúo en el mundo moderno, sus personajes me transportaban a una realidad europea que se nos negaba. Spirou y Fantasio, Gaston el Gafe, Gil Sagaz o mi verdadero icono juvenil, El Marsupilami. Pasé meses pegado al papel, hasta que logré dibujar de un trazo a Lucky Luke.

A diferencia de los personajes de la editorial Bruguera, 'Strong' tenía un lenguaje propio, diferente. Para empezar trataba a los niños como adultos, incluía secciones donde se hablaba de la actualidad mundial, aparecía gente rara y desconocida para mí, escritores, poetas… En 'Strong' leía cosas que no entendía, pero que me parecían muy interesantes. Hoy, cuando reviso los viejos cuadernos, me pregunto cómo lograron hacer estallar esta bomba de imaginación en un momento tan difícil de nuestra historia por tan solo ocho pesetas.

Si leías 'Strong' en el cole te sentías diferente, llevar el 'Strong' bajo el brazo era una declaración de principios. Eras Línea Clara. Con el paso de los años he ido conociendo a otros 'niños Strong' y tenemos algo en común, somos un poco marcianos. Acaba de aparecer 'La Aventura de Strong', escrito por su director artístico Rai Ferrer, su redactor jefe Miguel Agustí y editado por Continuará. Gracias, 'Strong' vosotros hicisteis posible el monstruo en el que me he convertido.