¡Sé fuerte, José Manuel!

La presunta llaneza de Rajoy esconde maldad, y su cinismo irá a más

Rajoy y Soria, durante un acto institucional celebrado en enero del 2016.

Rajoy y Soria, durante un acto institucional celebrado en enero del 2016.

JOAN OLLÉ

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No sé si el presidente en funciones consultó el diccionario antes de anunciar su futuro inmediato: «Perseveraré». (Perseverar: mantenerse firme y constante en una manera de ser o de obrar.) ¡Qué pánico! Y eso lo dijo recién firmados unos mínimos propósitos de enmienda y, acto seguido, declarar perfectamente apto a un perfecto mangante como representante español en el Banco Mundial. Su presunta llaneza esconde maldad, y el cinismo de Rajoy irá a más, porque le funciona. En sus últimas apariciones ha ido salpimentando su celebrado tancredismo con buenas dosis de jesuitismo, perogrullismo y juanpalomismo no exentas de burlas a la lógica: si Soria es un funcionario, ¿por qué no puede funcionar? Por sus pecadillos ya dimitió ejemplarmente, el pobre. ¡Anda, sé fuerte y dimite otra vez, José Manuel!

Mariano es tan amigo de sus amigos como de la mentira; incluso algunos de los suyos se han quedado a cuadros, pero ya les va bien: no hay nada mejor para los malos que la figura del pésimo, para así mostrar sus medias bondades. Como buen registrador de la propiedad ajena, Rajoy conoce la ley al dedillo, lo que le permite aplicarla y sortearla a conveniencia; la España Una y la Constitución son para él graníticas y no admiten matiz alguno, aunque sus esquemas morales puedan ser de blandiblú. ¿Por qué el Tribunal Constitucional, tercer brazo del PP, impide a Arnaldo Otegi -a quien no admiro en absoluto- iniciar una segunda vida como parlamentario, una vez liquidadas sus cuentas con la justicia, y, en cambio, los méritos del delincuente Soria invitaron al dúo Guindos & Rajoy a auparlo amigablemente -asistido por la sobrina del ministro de Economía como adjunta al cargo- hasta la cima del dinero? Su otra sobrina, Leticia, saltó, por obra y gracia de Arias Cañete, de ejercer de veterinaria en Toledo a ocupar un puesto en la Embajada de España en Washington. Todo queda en familia.

Consulto ahora en mi diccionario la palabra psoriasis, entre PSOE y Soria, y aprendo que es una afección cutánea que provoca dolor, hinchazón, calentamiento y coloración, que parecen ser los síntomas que empiezan a padecer algunos barones del PP ante la perseverancia de su aún líder en minimizar y hasta justificar o bendecir, mirando a los ojos, toda tropelía que se produzca en su partido.

Al votante le va la marcha

La oposición en bloque pide la cabeza de Rajoy, pero él sabe como nadie que la autolesión (a él y a su partido) es una práctica que puede brindar un intenso placer prohibido e incluso recolectar perversos votos; como también debe saber que la palabra perseverar tiene una segunda acepción, además de la ya citada: Durar permanentemente o por largo tiempo. Se pronostica una mayoría absoluta en Galicia. Decididamente, al votante español le va la marcha.