El mercado de la energía y de los alimentos

'Fracking' y maíz

Los cereales siguen el camino de los precios del petróleo desde la introducción de los biocarburantes

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FRANCESC REGUANT

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Tras muchos años relativamente estables, en el 2007 se produjo un salto espectacular en los precios de los cereales. La expansión programada de los biocarburantes abrió la puerta a un movimiento especulativo sin precedentes. Habíamos olvidado la fuerza desestabilizadora a nivel económico, social y político de las crisis alimentarias y la sorpresa movilizó a los grandes centros de coordinación internacional. La agricultura entró a formar parte del orden del día del G8 y del G20.

Finalmente la burbuja pinchó, pero los precios bajos duraron poco. En el 2010, en Rusia, un verano anormalmente cálido arruinó la cosecha de trigo de uno de los principales productores mundiales. Nuevamente la carestía llamaba a los fondos oportunistas. Los precios de los cereales se incrementaron un 80% en un mes. Pocos meses después en Túnez y Egipto miles de personas salían a la calle al grito de 'pan y libertad'. Lo que sucedió tras estas manifestaciones ya lo conocemos. Pero todavía en el 2012 una severa sequía en EEUU provocó otro repunte de precios de los alimentos básicos, continuando así una altísima volatilidad de precios en tendencia creciente.

En los últimos meses, Ucrania -gran productor de cereales- está en pleno enfrentamiento civil y en Oriente Medio la tensión no puede ser mayor, sin embargo los precios del maíz, principal materia prima para la producción de etanol, están en caída libre. ¿Qué ha sucedido? O, mejor dicho, ¿qué ha cambiado? Simplificando, la respuesta se llama 'fracking', además de coincidir con dos años de buenas cosechas. Tal como afirma la Agencia Internacional de la Energia se están reescribiendo los principios del sector energético a partir del auge del petróleo y el gas no convencional (obtenido en buena parte por 'fracking') y de las energías renovables. Por otra parte, desde que la producción de biocarburantes ha entrado en escena, los cereales siguen aproximadamente la misma trayectoria de precios que el petróleo. Y, con la irrupción en el mercado de nueva oferta no convencional, ha recuperado precios sensiblemente inferiores a los 100 dólares. Por su parte, la producción de maíz no ha dejado de crecer, mientras que su uso para etanol en EEUU se ha estancado, pasando de representar un 43% de la producción en el 2012 a un 36% en el 2014.

¿Cambio de ciclo?

Un precio de petróleo más barato desincentiva la producción de biocarburantes y, por lo tanto, el maíz vuelve al mercado de alimentos en forma de excedente. Esta tendencia tiene la suficiente importancia, hasta el punto que ni las crisis de Ucrania, ni de Oriente Medio han logrado despeinar a algún especulador atento a cualquier mercado en tensión. Sin embargo, la pregunta que se formulan nuestros agricultores es si este fenómeno supone un cambio de ciclo hacia un escenario de precios bajos de los cereales.

Tal como dijo Mark Twain, «el arte de la profecía es extremadamente difícil, sobre todo en lo que respecta al futuro». Sin embargo, podemos señalar algunos factores a tener en cuenta en las previsiones. En primer lugar, el desarrollo económico mundial, particularmente de los países emergentes, sumado a una población creciente, seguirá tensando la demanda alimentaria. En segundo lugar, la meteorología, con la ayuda del cambio climático, seguirá deparando sorpresas que afectaran a las producciones agrícolas. Por otra parte, los acuerdos para la mitigación del cambio climático seguirán exigiendo un conjunto de medidas entre las cuales los biocarburantes tienen un papel.

A pesar de ello, posiblemente, durante un periodo dilatado de tiempo la presión alcista que impulsaban unos precios altos del petróleo se reducirá. Lo cual sugiere que, a pesar de que seguirá alta la volatilidad de precios de los cereales, estos se situaran en sus valores medios por debajo de las expectativas de los últimos años. No obstante, los precios actuales probablemente estén situados por debajo de los valores esperables los próximos meses, por lo menos esto es lo que piensan en el mercado de futuros de Chicago que están cotizando los precios a un año, de trigo y maíz, un 14 % más altos que hoy.

Pregunta incómoda

En cualquier caso, la inquietud de nuestros productores de maíz tiene una razón adicional no confesada y que se resume en una pregunta incómoda: ¿es el maíz el cultivo más adecuado en nuestros terrenos de regadío? Teniendo en cuenta el coste del agua, otros cultivos con mayor valor añadido ofrecen una mejor alternativa, puesto que el coste del agua tiene una menor repercusión en el total. En base a los precios de los últimos cinco años, un metro cúbico de agua de riego produce 0,44 euros de maíz, 2,80 de manzana y 3,47 de tomate. El cambio hacia cultivos de mayor valor añadido implica una opción empresarial más compleja. Todo un reto para ganar futuro.