Florentino ficha al Tata

FERRAN MONEGAL

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Gran pitorreo en 'Crackòvia' (TV-3). Después de la goleada al Real Madrid, el cachondeo ha sido antológico. Al presidente blanco Florentino Pérez le han dedicado unos mordiscos muy sabrosos. Primero nos enseñaron una lápida con todos los nombres de los entrenadores que ha ido incinerando a lo largo y ancho de su presidencia. Son legión. Son tantos que no cabían en la losa. Y luego vimos un sketch muy corrosivo, con Florentino disfrazado de vendedor de pañuelos, pidiéndole a Joan Rufas el nombre de algún entrenador potente, para ficharle enseguida y liquidar al pobre Rafa Benítez. Y Rufas, que es un socarrón de primera, le pasó el teléfono del Tata Martino. Y don Floren, agradecido, le soltó un fajo de billetes, uno de los muchos fajos que le salían de los bolsillos a borbotones. ¡Ah! Para el espectador blaugrana la victoria contra el Madrid no sería completa si no la rubricasen luego los de Crackòvia con su cáustica mordiente. Es como la guinda del pastel. La coronación audiovisual del éxito por la vía del despiporren sobre el perdedor. Mirado sin pasión, observado fríamente, tiene un punto de crueldad tremenda: no solo han recibido el castigo de encajar cuatro goles, no solo han hecho el ridículo, futbolísticamente hablando, durante esos 90 minutos de juego: también la penitencia del sarcástico telediario crackoviano les envuelve. Hay un hecho que abona todavía más el pitorreo: esa imagen de un presidente pegado siempre a un fajo de billetes. Siempre sacando millones de los bolsillos. Siempre ondeando la bandera del dinero. Es una imagen que le acompaña. Persistente. Malgré lui, seguramente.

LA SEDUCCIÓN .- Ha sido interesante, diría más, muy interesante, la entrevista que le ha hecho Risto Mejide Ricardo Darín en 'Al rincón' (A-3 TV). Este actor también ha conseguido labrarse una imagen en la audiencia. En su caso, una imagen de buen rollo, de simpatía, de respeto. En un momento dado Risto le preguntó, embelesado, cómo diablos se hace para llegar a ser tan enormemente seductor como él. Contestó: «Nunca nadie consigue ser un seductor si se empeña en seducir a toda costa». ¡Ah! Qué gran verdad. La televisión está llena de figuritas que hacen descomunales esfuerzos por seducirnos y hacernos creer que son verdaderas y majestuosas aves fénix. No saben que nosotros ya sabemos que son pajarracos televisivos solamente.