La clave

Una final en Nueva York

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JUANCHO DUMALL

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Negocio a la vista. Los jefes de la UEFA planean sacar de Europa la final de la Champions League del 2020, y la primera candidata para acoger el partido es la ciudad de Nueva York. Si la idea, defendida por el presidente del organismo continental, el esloveno Aleksander Ceferin, progresa, dos aficiones europeas deberán volar a Estados Unidos y reservar hoteles en Manhattan para presenciar  el partido que para muchos es el más importante del año. 

Si asistir a una final en Londres, Atenas, Roma o París supone ya un desembolso nada desdeñable para un aficionado del Barça o del Madrid, cruzar el Atlántico y pasar un par de días, con sus noches, en una de las ciudades más caras del mundo es un gasto reservado a sectores con notable poder adquisitivo.

Pero todo sea por la promoción del fútbol/soccer y por la oportunidad de que las grandes multinacionales hagan sus 'business' con la UEFA y sus adláteres (término popularizado hace años por el periodista José María García y de rabiosa actualidad con el escándalo de los Villar).

Qatar 2022

Hace muchos años que sabemos que en torno al fútbol de élite hay poderosos intereses económicos que esquivan los puramente deportivos y sencillamente pisotean los de los aficionados, paganos del invento, pero sin ningún derecho. Baste recordar la decisión de llevar a Qatar el Mundial del 2022 y hacerlo en los meses de noviembre y diciembre, dado el clima del país. Las toneladas de dólares que el país de Oriente Próximo aporta al circo del balón son argumento suficiente para cambiar los calendarios de todas las ligas del mundo y complicar mucho el desplazamiento de las aficiones.

¿Cómo sería una final en Nueva York? Seguramente se disputaría en un estadio lleno de aficionados escasamente bulliciosos y sin el colorido de dos hinchadas enfrentadas con medio graderío para cada una. Es posible que haya un show en el descanso, tipo Super Bowl (más negocio), y que las operadoras de televisión inventen nuevas tomas del acontecimiento. Al fin y al cabo, todo está pensado para que veamos el partido calladitos y en nuestros aparatos digitales.