El rey de la propaganda política

Médicos cubanos dispuestos a ayudar a los afectados por el Katrina

Médicos cubanos dispuestos a ayudar a los afectados por el Katrina / periodico

JUANCHO DUMALL

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El 4 de septiembre del año 2005 el presidente de Cuba, Fidel Castro, ofreció al Gobierno de Estados Unidos el envío de más de mil médicos especializados para auxiliar a las víctimas del huracán Katrina, que golpeó con enorme violencia las costas del golfo de Méjico y anegó el 80% de la ciudad de Nueva Orleans. El régimen cubano hizo algo más. Distribuyó fotografías de los médicos, todos con inmaculada bata blanca y cada uno con su mochila, prestos a subirse a un avión y despegar rumbo al estado de Luisiana. Herida en su orgullo, la Administración de George Bush rechazó la oferta solidaria de La Habana. Fidel se acababa de apuntar otro tanto propagandístico.

El desaparecido dirigente cubano ha pasado a la historia por muchas cosas. Pero también lo merece por su extraordinario dominio, como nadie en el siglo XX, de la propaganda política. Todo lo que rodeaba a su figura, desde la barba hasta los habanos, desde el uniforme verde oliva hasta el chándal de jubilado, desde las fotos con García Márquez a las apariciones fugaces en una cancha de baloncesto, todo contribuía a perfilar su liderazgo, exaltar los valores de la Revolución o a crear emociones entre los cubanos.

EL MITO DE LA RESISTENCIA

La mejor arma del régimen, la que le ha permitido perpetuarse durante 57 años, no han sido los misiles nucleares de Jruschov, ni el apoyo soviético posterior, ni la exportación de la rebelión anticapitalista a otras latitudes. Lo que ha hecho un mito la resistencia del castrismo ha sido el genial manejo de la propaganda, que le ha proporcionado un respaldo interior mucho más alto del que correspondería a una sociedad sometida a enormes privaciones, mientras que en el exterior le concedía las simpatías hacia un marxismo de rostro humano, compatible con el ron y la rumba.

Frente a la prepotencia del Tío Sam, el barbudo exaltado por Carlos Puebla y Sus Tradicionales fue evolucionando ante los ojos del mundo para convertirse en líder de los no alineados, resistir al hundimiento del bloque comunista y reaparecer como referencia de los bolivarianos de toda América.