La clave

La felicidad griega

Syriza va a poner a Grecia en la casilla de salida anterior a la crisis y se va a reencontrar con los mismos problemas

ALBERT SÁEZ

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A finales del siglo pasado, Neil Postman publicó un ensayo premonitorio del estado de la sociedad actual. El título de la traducción española fue Divertirnos hasta morirPostman planteaba un debate sobre las dos grandes predicciones de futuro publicadas en la primera mitad del siglo XX:  1984, 1984,de George Orwell, y Un mundo feliz, de Aldous Huxley. La primera pronosticaba el dominio del mundo a través de un Gran Hermano capaz de violentar electrónicamente nuestra intimidad hasta convertirnos en títeres manejados a su antojo. Huxley, en cambio, auguraba que el control de la sociedad llegaría de la mano de la química, el famoso «soma» que nos haría olvidar nuestras miserias no por la vía de erradicarlas sino de sugestionarnos psicotrópicamente.

Postman defendió la conclusión de que, aun cuando todas nuestras defensas intentaban combatir al Gran Hermano, finalmente se impondría el mundo feliz. Lo justificaba, hace 30 años, en virtud del auge del entretenimiento que, a través de la televisión, se había inoculado en la política, la educación, la cultura, la religión, el deporte e incluso la economía.

Sin intervención

Los griegos salieron el domingo del Gran Hermano de la troika y se tomaron una dosis triple del soma de Alexis Tsipras. Se acabó eso de permitir que Alemania husmee en la intimidad de la contabilidad nacional y decida cuánto, cómo y dónde se recorta. Porque. además, no se va a recortar. El ahorro vendrá de la reestructuración, léase aplazamiento, de la deuda y del impago de los intereses. Será algo parecido, se dice, a la condonación de la deuda alemana tras la segunda guerra mundial. Claro que entonces, Alemania no solo estaba intervenida sino directamente invadida.

Syriza va a poner a Grecia en la casilla de salida anterior a la crisis y se va a reencontrar con los mismos problemas: economía sumergida, monocultivo turístico, servicios públicos colapsados,... Solo se habrá librado de las dos familias que gobernaron el país durante décadas: será un Gobierno sin Papandreus y sin Karamanlis. La solución no podrá ser falsear las cuentas.