Los SÁBADOS, CIENCIA

El fantasma de Heilbronn

Los instrumentos que se utilizan para la observación pueden contaminar la esencia de lo observado

El fantasma de Heilbronn_MEDIA_1

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JORGE
WAGENSBERG

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¿Qué significa comprender en ciencia? En ocasiones comprender consiste en descubrir un conjunto de causas que determinan necesariamente la realidad observada. La causalidad permite comprender: su mala vista -efecto- se debe a una catarata -causa-. Pero no siempre es así. A veces la realidad no está conducida por causas sino que está gobernada por leyes (la trayectoria elíptica de un planeta alrededor del Sol se deduce matemáticamente de las leyes deNewton). Pero tampoco es siempre posible encontrar leyes. En muchas ocasiones la realidad se explica con la ayuda de algún mecanismo fundamental (la diversidad biológica se explica con la idea darwiniana de la selección natural). Pero no siempre es así. En no pocos casos, comprender significa sencillamente clasificar (una herramienta abandonada en un desván puede resultar incomprensible pero deja de serlo si la descubrimos, bien ordenada, en su caja de herramientas). La comprensión hace posible la predictibilidad, es decir, la generalización en el tiempo (hacia atrás y hacia adelante) y en el espacio (una catarata es presagio de ceguera, los eclipses se calculan siglos antes y siglos después de ocurrir, la diversidad de las islas Galápagos se comprende igual que la del Sáhara).

¿Qué significa entonces comprender? ¿Qué tiene en común la causalidad con el inductivismo o el convencionalismo? Comprender un pedazo de realidad es buscar y encontrar lo que tiene en común con otros pedazos. Comprender es buscar coincidencias entre las diferencias, convergencias entre las divergencias: la opacidad del cristalino es lo que comparten todas las cataratas, las leyes deNewtones lo que comparten todos los movimientos clásicos, la selección natural es lo que está detrás de cualquier episodio de evolución biológica. La inteligibilidad de la realidad es una de las hipótesis fundamentales de la ciencia intuida ya por la escuela jónica de la antigua Grecia. Es la raíz profunda del llamado segundo principio del método científico: la realidad existe y se puede comprender.

La policía que investiga un crimen también aspira a comprenderlo científicamente con el propósito de anticiparse a otros. Y la verdad es que todo iba muy bien hasta que surgió el fantasma de Heilbronn.

El 27 de abril del 2007, durante una operación policial en la ciudad de Heilbronn (Alemania), una agente de 22 años,Michele Kiesewetter,fue asesinada en su coche. La única pista se encontró en el asiento trasero: un ADN que también aparecía en la base de datos de la policía como presente en una gran diversidad de hechos criminales desde 1993. Pertenecía a una mujer desconocida llamada desde entonces elfantasma de Heilbronn. Lo chocante del caso era la enorme diversidad de delitos (asesinatos, robos, agresiones), lugares (los más variados contextos en Francia, Austria y Alemania), tipos de delincuentes involucrados (bandas, gánsteres, terroristas europeos e islámicos, simples rateros) cuyo único elemento común era el ADN del fantasma. ¿Qué clase de psicópata podía tener tan compleja locura, talento criminal y omnipresencia? La comprensión de esta serie de crímenes contenía, por puro método científico, la participación del fantasma. ¡Incomprensible comprensión! La policía estaba desconcertada, porque era el primer asesino en serie de la historia que no exhibía un mínimo patrón en su comportamiento.

Un científico asesor de la policía resolvió finalmente el misterio. No se trataba de prescindir del método científico sino de insistir en él. La idea no consistía en cambiar de respuesta sino de pregunta. En vez de preguntar lo que tenían en común los casos observados se pasó a preguntar lo que tenían en común todos ellos y sus respectivos materiales de observación. Los investigadores usaban unos bastoncillos con algodón en la punta para tomar muestras de ADN (como los que se usan para los oídos). En todos los casos en que se había detectado la presencia del fantasma, y solo en ellos, se habían utilizado bastoncillos de una misma empresa. Un análisis demostró que llevaban el famoso ADN de fábrica. El misteriosofantasma de Heilbronnresultó ser una inocente empaquetadora de Greiner Bio One que no se ponía los guantes para trabajar. De hecho, la empresa garantizaba esterilidad microbiológica pero no pureza respecto del ADN.

Lo que falló era nada menos que el primerprincipio del método científico, también llamadoprincipio de objetivizaciónsegún el cual el observador debe observar de manera que la observación distorsione lo mínimo posible aquello que se observa. El error costó 20.000 horas de trabajo y 25 millones de euros, pero no supuso una excepción a la regla sino un buen ejemplo de su aplicación incorrecta. Director científico de la

Fundació La Caixa.