'Llonguet'

Reclaman los profesores de universidad que se distinga mejor su tarea: no garantizan una carrera, solo aportan conocimientos suficientes para ejercer una profesión. Pero tenemos más universitarios de los que pueden hacer carrera en lo que han aprendido. Celebran los políticos más miopes del país (España o Catalunya, a los efectos da igual) que seamos una potencia turística europea por el número de visitantes que pernoctan. Pero no quieren asumir que buena parte de quienes prestan sus servicios al turista proceden del abandono escolar o la inmigración no formada, propiciado por empresarios del corto plazo que sienten especial aversión a la cenicienta educativa, conocida como efepé.

Pimec ha recuperado el aviso del viejo refrán pan con pan comida de tontos. El modelo educativo español ha horneado un bocadillo en el que la parte superior y la inferior -universitarios y sin titulación- se han cocinado como sin fuera un llonguet, peinado con raya en medio hasta hundir la parte central y que cortado por la mitad apenas deja espacio para la sustancia. Y por sustancia se entiende que un país que solo puede defender su competitividad con la exportación de bienes necesita profesionales de grado medio, no de carreras superiores. Para el resto, ya está el venerado turismo y sus apóstoles del ¡qué haríamos sin turistas!.