Dos miradas

Expulsados

¿Podemos imaginarnos la última noche antes de un desahucio o todas las noches temiendo que ocurra?

Manifestación de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Valencia después del fallo del Tribunal de la UE sobre los desahucios, en el 2013.

Manifestación de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Valencia después del fallo del Tribunal de la UE sobre los desahucios, en el 2013. / periodico

EMMA RIVEROLA

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Ada ColauNúria MarínDolors SabaterJordi BallartJuli Fernández y Núria Parlon, alcaldesas y alcaldes de las seis principales ciudades de Barcelona, han unido sus voces para denunciar que el proyecto de ley de vivienda que será tramitado en breve en el Parlament resulta insuficiente. En la ciudad de Barcelona, la semana pasada se consiguió parar casi un centenar de desahucios. En Santa Coloma detuvieron 12. Las cifras dan una idea de la dimensión del problema. Una auténtica tragedia social que no cesa. Un problema estructural que no puede ser tratado, únicamente, como una emergencia.

Cientos de miles de personas afectadas. ¿Tenemos idea de cuántos niños han sido expulsados de sus casas? Menores, personas dependientes, ancianos… ¿Podemos imaginarnos la última noche antes de un desahucio o todas las noches temiendo que ocurra? El drama continúa cada día porque no hemos hecho lo suficiente. Aún nos faltan leyes que protejan a las personas, políticas que rescaten de la pobreza, derechos que valgan más que las finanzas y segundas oportunidades para los que no puede afrontar las deudas. No podemos condenar a tantos a la desesperanza.

No hay sociedad que lo soporte sin quebrarse. Dejar el problema en manos de los ayuntamientos, como si fuera una patata caliente, es una declaración de incapacidad y de irresponsabilidad. Falta valor, sentido de la justicia y unión para aportar soluciones. Y ya estamos tardando.