El debate de la vivienda

Evitemos otra burbuja inmobiliaria

Todos los actores vinculados a la construcción debemos empezar a trabajar para impedir otra grave crisis

ilustracion  de leonard beard

ilustracion de leonard beard / periodico

JORDI GOSALVES

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El sector de la edificación recibe últimamente buenas noticias. Según nos indican los visados del Col.legi d’Aparelladors, entre los meses de agosto del 2015 y del 2016, se están construyendo en la provincia de Barcelona 3.111 viviendas nuevas, con un crecimiento del 45% respecto al mismo periodo del año anterior. Una bonanza aparente que esconde cuestiones como la concentración de las nuevas promociones en aquellos lugares donde el precio de la vivienda es más caro. Las comarcas del Barcelonès, Baix Llobregat, Vallès Occidental y Maresme suman el 90% del total de obras iniciadas en la provincia.

Pero si este crecimiento alcanza un porcentaje tan alto es, principalmente, por la grave caída sufrida en los años más duros de la crisis. La creación de nueva vivienda aún es escasa y se concentra en lugares donde hay una demanda de inversores, atraídos por los precios asequibles que tiene Barcelona respecto a otras ciudades europeas. El resultado podría ser, si no se toman las medidas correspondientes, una nueva burbuja inmobiliaria que impida a muchos ciudadanos acceder a una vivienda.

PRECIOS AL ALZA

Este agosto los medios de comunicación se hacían eco de un informe según el cual el precio de la vivienda nueva en Barcelona ha crecido el 20% en el último año, con un estoc en el mercado cinco veces inferior al de antes de la crisis. Algunos de los responsables de vivienda del gobierno tripartito de la Generalitat recordaban las dificultades existentes para hacer frente a la burbuja inmobiliaria. Reconocían que no estaban preparados para prevenir la potencia devastadora de un sector financiero desbocado que llevaba a nuestra sociedad al engañoso espejismo de la riqueza inmobiliaria.

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Los síntomas de la burbuja eran claros. En los diez años previos a la crisis el peso de la construcción en el PIB creció cuatro puntos, mientras se incrementaba el número de jóvenes que no se podían emancipar, y la sociedad clamaba por el derecho a la vivienda. Hoy, nuestros jóvenes no lo tienen más fácil para lograr un lugar donde vivir y a ellos hay que sumar a todos quienes la crisis les ha impedido hallar un techo propio, o han perdido el que tenían.

LA REHABILITACIÓN

En una ciudad como Barcelona, con pocos espacios para construir y un parque de viviendas muy envejecido, la rehabilitación aparece como una oportunidad para garantizar su adecuación a las demandas de ahorro energético y la mejora de la accesibilidad. O para transformar edificios obsoletos en nuevas viviendas, que den respuesta a una demanda que se prevé creciente y que no puede limitarse a alimentar las necesidades de los grandes inversores.

Hemos pasado por una burbuja inmobiliaria. Ya no podemos mostrarnos sorprendidos. Conocemos tanto los síntomas como las consecuencias. Por eso hay que empezar a trabajar con la implicación de todos los actores vinculados al sector de la construcción para evitar que vuelva a producirse un estallido como el que hace ocho años arrastró nuestra economía, y garantizar que todos los ciudadanos puedan ejercer su derecho a una vivienda digna.

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