ANÁLISIS

Europa: velocidad o rumbo

Donald Tusk.

Donald Tusk. / periodico

RAFAEL VILASANJUAN

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Sinceramente, la reelección del polaco Donald Tusk como presidente del Consejo Europeo no era cuestión de vida o muerte, al menos no hasta que el Gobierno de su país decidió vetarlo y convertir esa batalla en un pulso para hacer valer su opinión frente a los otros 27 miembros de la Unión. No es que el presidente sea irrelevante, el problema era la debilidad de aceptar un veto. Se acabaron las decisiones por consenso, o se empiezan a tomar como grupo, más que como suma de naciones, o se acaba por liquidar el proyecto común. En este sentido la cumbre ha empezado bien; con Tusk reelegido en contra de la voluntad del Gobierno de ultraderecha polaco, la Unión Europea tal vez no esté poniendo una velocidad diferente al proceso de construcción, pero al menos lanza el primer aviso de que la puerta de salida está abierta.

¿Será a eso a lo que se refieren con las dos velocidades? Ojalá no fuera solo un espejismo, pero es pronto para saberlo porque la decisión en bloque de apoyar al presidente del Consejo no es ni de lejos lo más trascendente de esta reunión. Lo más preocupante es que Europa llega a esta cumbre con una agenda hasta ahora desconocida donde apenas queda un ápice de los valores democráticos compartidos ¿Refugiados, asilo, defensa universal de los derechos humanos? Con elecciones en un horizonte inmediato en Alemania, Francia e Italia, vienen malos tiempos para defender valores. Se trata de encontrar acuerdos en aquello en donde todos parecen mojar sus temores: seguridad y defensa.

En eso todos han puesto velocidad de crucero. No importa si hay que pagar más en seguridad. Ese es el precio de levantar muros que no sirven de contención si detrás no se fija un buen sistema represivo. Con el aliento del 'brexit' en el cogote y el ascenso de la extrema derecha en todo el continente, Europa vuelve a las trincheras y aunque se esté hablando de dos velocidades, lo que de verdad está cambiando en el camino para modular el futuro no es la velocidad, es el rumbo.