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Este es el nivel

Ya basta. A mí me han convencido. Si éste es el nivel, voto independencia

RISTO MEJIDE

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Éste es el nivel. Un presidente del Gobierno que pretende dar lecciones descubriéndonos que un vaso es un vaso y un plato es un plato. Coño ahora lo veo, gracias presi. Los platos tienen fondo y los vasos culo. Y en el fondo, es justo por ahí por donde nos viene dando desde que ganó las elecciones, o mejor dicho, desde que el otro las perdió. Un presidente tautológico que a duras penas daría la talla como guionista de la primera temporada de 'Barrio Sésamo'. Un presidente que por no saberse, no se sabe ni la ley del país que gobierna. Y lo que es peor, que cuando alguien se la recuerda, entra en bucle y sólo se le ocurre preguntar estupideces. «¿Y la europea?».

Éste es el nivel. Un portavoz de ERC que cuelga por sorpresa una banderita independentista en el balcón del Ayuntamiento de BarcelonaERC independentista yuntamiento de Barcelona durante la celebración de la fiesta mayor de todos los barceloneses. Su homólogo del PP que se pelea con él por colgar una banderita española. Y todo un ministro del Interior a quien no se le ocurre otra cosa que sacar la banderita de ETA a pasear. Iba a decir que me resultaba pornográfico, pero al menos la pornografía consigue excitarme. En este caso, lo único que siento es una profunda vergüenza propia y ajena.

Éste es el nivel. Que ya no es que haya corrupción, es que empiezo a pensar que nos la hemos ganado. Aún hay poca para la que debería haber. Poco nos pasa, que decía aquél. Antes de que existiera la corrupción, al corrupto le dimos el poder para serlo. Lo elegimos todos nosotros. Así que cuando siento vergüenza, la siento sobre todo por mí. Esto es lo que voté. Esto es lo que votamos todos. Aquí y allá. Nadie les exigió nada más. Y así nos luce el pelo.

Ya basta. A mí me han convencido. Si éste es el nivel, voto independencia. Ojo, y no porque me crea que vayan a ser más competentes. Ni mucho menos. Ni menos corruptos. Qué va. Ni siquiera porque crea que vayamos a estar mejor. Pero si no hay más que verles, hombre.

Primero, es por un tema de masa crítica. En caso de independencia, habrá menos como ellos tocando nuestro dinero. El de Catalunya y el de España. Y eso ya me está bien. Si se me va a caer la cara de vergüenza, al menos que lo haga por menos casos, ya ni siquiera pido que lo sea en proporción. Si me van a robar la cartera, que sea como mínimo en menor cantidad.

Segundo, porque si la banca no quiere la independencia y trata de disuadirnos, eso es que algo bueno debe de tener para nosotros. Como siempre, ellos saben algo que nosotros descubriremos de aquí unos años. La banca siempre gana. Mira Rato.

Tercero, también estoy harto de que no pase nada. Estos comicios no son unas autonómicas contra unas plebiscitarias, son los del inmovilismo contra la chapuza. Y entre quedarse quieto y cagarla, yo siempre he sido de los que prefieren pedir perdón. No te negaré que además me apetece liarla parda. Mi vena anarquista nihilista a veces se me pone al volante, qué le vamos a hacer. Y qué me dices de darle a todos estos el poder. Pasar de colgar banderitas en el ayuntamiento a colgarle al cuello todo un país. Hala, ahí la llevas.

Pero sobre todo, porque la torpe campaña del miedo jamás vencerá a cualquier ilusión, por ilusa que ésta sea. Y nadie, insisto, nadie, en estos más de diez años ha sido capaz de venderle a los catalanes un proyecto ilusionante o una simple actualización de la relación Catalunya-España. Ha llegado el momento de reventarlo todo. Volvamos a empezar, con lo que me gusta a mí una patada al tablero. Aunque el nuevo juego sea una mierda, dudo que sea peor que éste.

Ah, el argumento definitivo. No habría que volverse a encontrar con el Celta de Vigo en competición oficial.

Al carajo la jornada de reflexión. Yo ya he reflexionado. Ya, ya sé que mi decisión sólo cuenta un voto. Y también sé que no puedo obligar a nadie a seguir mis pasos. Dios me libre. Pero prefiero usar mi voto para quitarme de encima a Rajoy que seguir dándole excusas a la Generalitat. Y si al final encima no se consigue la independencia, poder dedicar el resto de mi vida a reprochárselo a Romeva, a Junqueras y sobre todo a Mas.

Si éste es el nivel, apártense que la liamos.

Si éste es el nivel, apártense que me voto encima.