Tú y yo somos tres

Estar siempre donde está el arroz

FERRAN MONEGAL

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No me ha sorprendido el ejercicio que ha hecho <b>Pilar Rahola</b> ('Fora de serie') con <b>Marcela Topor</b>, esposa del 'president' Carles Puigdemont. Tampoco me extraña que TV-3 se lo haya permitido. Es lo que se lleva hoy en los entornos al servicio del 'pinyol'A la señora Topor nada tengo que reprocharle ni como ciudadano ni como espectador. El próximo 12 de enero hará un año que su esposo es presidente de la Generalitat y su discreción ha sido una estimable rareza. Se ha esmerado en pasar inadvertida. Ni primera dama, ni urdidora de entramados, ni atracción por el resplandor.

Lo único que me extraña, eso sí, es que se haya dejado atrapar en este 'made in' Pilar Rahola. Porque de esta conversación que han mantenido alrededor de una paella, es Pilar, no nos engañemos, quien se ha comido el arroz. Frente a determinada parroquia, ha sido Pilar la gran heroína de este encuentro.

¡Ah! La verdad es que hay mucha hambre en nuestra profesión. Y miedo. Terror a quedarse sin cuchara y tenedor. Y Pilar Rahola es una de las criaturas de nuestra escena con más habilidad para estar donde conviene. En cada instante. En cada momento. Sin manías. Alguien lo llamará impudicia, pero es una forma de supervivencia.

Recuerdo que, tiempo atrás, los señores de Porcelanosa todos los años agasajaban al presidente Aznar, y le invitaban a pasar unos días en su villa de Oropesa. Le colmaban de halagos y atenciones. Pilar no es la señora Porcelanosa, pero hace lo que puede, ya sea en Cadaqués o en la plataforma que le brinda TV-3.

Antes de comenzar a comerse la paella, Pilar preguntó: "Desde que tu marido es presidente, ¿ha aumentado tu miedo? ¿Tienes miedo por él? ¿Por si le puede pasar alguna cosa? Dados los momentos que estamos viviendo, ¿te lo imaginas en la cárcel?". ¡Ahh! Me descubro. Es una formulación perfecta. La respuesta de Marcela Topor fue: "Nunca tengo miedo. No me aporta nada pensar en cosas de este tipo". O sea, se desmarcó de la fantasía con suma elegancia, cosa que aplaudo.

Pero, con todos los respetos, aquí lo colosal ha sido la pregunta. Lo tiene todo. Insufla el factor miedo en la esposa y en la audiencia; nos advierte de los malos que acechan, de los malos de Madrid y de los malos catalanes de Catalunya seguramente también; y enciende las conciencias de la buena gente para que ante este imaginario pero horroroso trance, nos unamos en devota 'procés-ión'. ¡Ah! Este trabajo de Pilar merece premio.