Pequeño observatorio

Estambul y el molinillo de café

Cuando entraba en las mezquitas más famosas los pies se me quedaban clavados en el suelo

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Si digo que Oriente está en guerra pienso que nos entenderemos, aunque la expresión sea tan imprecisa. ¿Por qué?, ¿qué quiere decir Oriente?, ¿dónde está Oriente? No nos sirve para precisarlo que la geografía nos diga que Oriente es el punto del horizonte por donde sale el sol. Es decir, levante frente a occidente. Los grecolatinos los denominaron «oriente» a los territorios que -si miramos un mapa- están situados a nuestra derecha, más allá del Mediterráneo.

No es un límite preciso, pero sirve para entendernos. Con una visión seguramente más plástica que exacta y científica. Cuando fui a Turquía, hace ya muchos años, el estrecho del Bósforo me servía de referencia. A un lado había un territorio que era Europa y al otro lado del agua del estrecho empezaba Asia. Los geógrafos me excusarán que no aporte consideraciones más precisas. Cuando estudiaba me aprendí unos versos que decían, más o menos: «Asia a un lado, al otro Europa, y allá en el centro, Estambul». Cuando fui a aquellos territorios tan lejanos y tan desconocidos para mí, pasé el puente del Bósforo y volví al núcleo de Estambul, y nunca tuve la sensación de haber pisado dos continentes.

Lo que me impresionó fue recordar que Estambul correspondía a la antigua Constantinopla, que fue capital del imperio bizantino. Cuando yo estuve, tendría unos dos millones de habitantes, era un hervidero de gente y monumentos. Las fantásticas mezquitas. Cuando entraba en las más importantes, la admiración me clavaba los pies al suelo. No me extraña que, a pesar de los problemas actuales, haya gente que haga turismo en Estambul. Como recuerdo, yo me llevé de un gran mercado un molinillo de café, de hierro pesado, trabajado como una escultura. Y ahora pienso que, hoy, aquel Oriente es una especie de terrible molinillo de café que tritura a miles y miles de personas. Espero que el extraordinario Estambul monumental se salve de la trituración violenta a la que se dedican sus vecinos orientales.