tú y yo somos tres

Espuma blanca, casi sin gas

FERRAN MONEGAL

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A pesar de los esfuerzos de Mónica Naranjo por darle un toque de picante sensualidad al nuevo ingenio bailable que ha estrenado A-3 TV (¡A bailar!), el  programa está planteado como una espumita blanca que no pica. La línea que separa lo blanco de lo ñoño a veces es muy delgada. Es una fórmula que no ofende, ni zahiere, ni denigra, pero como espectáculo es tan blando que se echa en falta un poco de perversidad. La novedad es que esta vez los concursantes son matrimonios, parejas en el más santo sentido de la palabra. No hemos visto ninguna pareja o matrimonio homosexual. El casting es flojito. El matrimonio más famoso, o mediático, es el de Manuel Díaz, el Cordobés, Virginia Troconis, que nos hicieron una versión movida y simpática de Grease, y que la productora les arropó bien añadiendo escenografía a la coreografía, consiguiendo una vistosa evocación de  los años 50. El resto de matrimonios concursantes tuvieron que contentarse con modestas coreografías nada más. Aunque tuvo una audiencia nada despreciable (18,8%), con un poco más de picardía en la elección de las parejas el programa habría tenido más gancho. La mejor criatura de este estreno ha sido Charlie Hussey, el que fuera fantástico bailarín del inolvidable Ballet ZoomCharlie sabe lo que es espectáculo, y sobre todo sabe provocarlo y dinamizarlo. Con su trepidante cordialidad ha logrado momentos de ritmo. Tan necesarios.

FICHAJES .-  En El intermedio (La Sexta) han incorporado al humorista Joaquín Reyes. Por ahora su papel está en fase experimental. No sabemos si potenciarán su mejor registro: el surrealismo cáustico. Nos ha gustado en casa cuando sale perfectamente vestido de medio cuerpo para arriba, pajarita incluida, y en calzoncillos de medio cuerpo para abajo. Este posturismo indumentario es elocuente.

También En el aire han fichado a nuestro compañero Sergi Pàmies. Su rol consistirá en ofrecernos sesiones de Fiambrera-sex, variante doméstica del Tupper-sex. Ya le hemos visto una exaltación del humilde aparato desatascador que todos tenemos bajo el fregadero de casa. A Sergi le parece un artilugio sexualmente eficaz: dice que a la vez que desatasca matrimonios, hace de ventosa y fija a la pareja con una fuerza bárbara. ¡Ahh! Espero que en próximas sesiones saque el plumero de quitar el polvo. El plumero, sexualmente hablando, es muy interesante.