Esperpento

Frena tú. No, frena tú. Y aquí seguimos. Embalados hacia el abismo. La obra ha perdido la épica para hundirse en el esperpento. Tras las capas de informaciones y desinformaciones, de decisiones filtradas a la prensa, a los socios de gobierno y, al fin, a los ciudadanos, llega el enésimo giro dramático del guion. ¿Hasta cuándo va a durar esta ópera bufa?

Es de suponer que, a través de mediadores, se ha llegado a algún tipo de pacto entre los dos gobiernos. También es posible conjeturar que la desconfianza es elevada entre ambas partes, que son demasiadas las traiciones acumuladas y que la exigencia no satisfecha de garantías está detrás de esta pausa dramática de la que andamos suspendidos. ¡Que corran los trankimazines! Esto no hay corazón que lo aguante.

En fin, asumamos que estamos haciendo el ridículo. No es terrible, todo se puede superar. Aunque después de haber generado tanta inquietud, será difícil depositar en los responsables del desatino la esperanza de un futuro mejor.

Y ahora, ¿qué esperamos? ¿Son Catalunya y sus instituciones las que están sobre la mesa de negociación o es el amparo personal de algunos? Todo es legítimo, también la salvación de los guionistas, pero por el bien del público, por la tranquilidad y por la convivencia, ya va siendo hora de levantar el pie del acelerador. O llegan la generosidad y la responsabilidad por parte de ambos gobiernos o el esperpento se convertirá en tragedia.