La España en blanco y negro del 'NYT'

Una de las imágenes del reportaje fotográfico de Samuel Aranda sobre España publicado en 'The New York Times'.

Una de las imágenes del reportaje fotográfico de Samuel Aranda sobre España publicado en 'The New York Times'. / periodico

XAVIER JUBIERRE / Barcelona

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Hay unainteresante polémica en la red sobre unreportaje fotográfico deSamuel Aranda sobre la crisis económica en Españapublicado en 'The New York Times'. Es una recopilación de fotos en blanco y negro de hechos y situaciones acaecídas en los últimos años en el país. Las marchas de protesta de los mineros, inmigrantes que viven en fábricas abandonadas en Barcelona, un comedor social, manifestaciones contra los recortes.... Siendo todo cierto y bien fotografíado, el conjunto del trabajo da una imagen de España irreal y bastanteretro.

El blanco y negro y los primeros planos hacen que se acentúe esa sensación. Parece un reportaje de los años más oscuros delfranquismo. También recuerda los reportajes dela gran depresión americana de 1929. El libro de Dorotea Lange, 'Los años decisivos', con los campamentos de inmigrantes de Oklahoma que llegaron a California después de haber perdido sus cosechas y que malvivía en los descampados de las ciudades del oeste.

No me cabe ninguna duda de que a los periodistas del 'NYT' les encantó. Se acerca a la imagen que ellos ya tenían preconcebida de la España encrisis. Los profesionales de la información sabemos que esto pasa y que seguirá pasando. Si se envía a un fotógrafo español a retratar la crisis en Grecia, obviamente, no hará fotos de los turistas en hoteles de lujo en Santorini, ni de los barrios de gente acomodada de Atenas. Buscará la imagen que simbolice la crisis, aunque a menudo, el día a día de la calle no refleje las penurias que está pasando la gente por el paro y los recortes.

Podemos hacer un reportaje de China con el título 'El gigante se moderniza', con fotos de los rascacielos de Shanghái y los coches y restaurantes de lujo. Y, al tiempo, otro que se titule 'Las entrañas del gigante', donde se enseñe a los trabajadores de la construcción, que han llegado del campo a la ciudad, y duermen en los mismos edificios que están construyendo. O de los mercados de los suburbios de Pekín donde la gente, en cuclillas, sigue comiendo arroz en un bol de plástico, como lo han hecho toda la vida. Los dos reportajes serán objetivos. Pero la publicación de uno solo de ellos dará una imagen de China que no es cien por cien cierta.

Cuando un periódico del prestigio internacional del 'NYT' publica este reportaje, sabe de la influencia que va a ejercer sobre la percepción de España que tiene la opinión mundial. Le propongo a 'NYT' que haga un reportaje en Barcelona sobrelas colas en las Apple Store para comprar el IPhone 5, los restaurantes con estrellas Michelín o sobre elmillón y medio de personas que han participado en las fiestas de la Mercè de este año.

De la unión del reportaje deSamuel Aranday el anteriormente propuesto saldría una foto fija bastante fidedigna de la realidad. Si se enfoca hacia un lado sale una foto, hacia el lado contrario, otra muy distinta. Pero el periódico americano no pretendía enseñar las dos caras de una misma moneda, pedía un reportaje sobre la crisis. Y bajo esa premisa no hay nada que decir. El trabajo es impecable.