La entrevista

La escritora Anne Perry pide que se olvide que con 15 años mató a la madre de una amiga

A los 15 años, junto a una amiga, asesinó a la madre de esta. Purgó la culpa y ha acabado siendo la gran dama de la novela negra. Ahora presenta <i>Las trincheras del odio</i> (Ediciones B).

"¡Quiero dejar atrás el pasado, por Dios!", asegura la gran dama de la novela negra

La escritora Anne Perry pide que se olvide que con 15 años mató a la madre de una amiga_MEDIA_1

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NÚRIA NAVARRO

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--¿La escritura ha resultado ser redentora?

--Nunca la he visto así. Simplemente creo que estamos obligados a usar el talento que tenemos, sea cual sea.

--Sus libros siempre están teñidos de sangre.

--Tras 20 años de intentos frustrados, el primer título que tuvieron a bien publicarme fue una novela negra, Los crímenes de Carter Street. El género vendía y yo necesitaba comer.

--¿De qué comió los 20 años anteriores?

--Trabajé como azafata de vuelo, dependienta, asistente en un ferry que hacía la travesía entre Holanda e Inglaterra, recepcionista en un hospital, secretaria en una compañía de seguros, auxiliar en una de limusinas. Como ve, me costó publicar.

--¿Más que olvidar su crimen?

--¡Aquello sucedió hace 54 años! Yo podría olvidarme absolutamente del tema si no me lo recordaran constantemente ustedes, los periodistas. ¿Sus amigos le recuerdan sus errores a cada momento?

--El suyo no fue un error cualquiera.

--Yo era una niña enferma a la que trataron con medicina experimental. ¡Me dieron tres veces la cantidad indicada! A eso hay que sumarle la inmadurez de la edad y el que en tres días mi padre perdió su trabajo y se divorció de mi madre. Demasiadas cosas... Todos tenemos algo que olvidar. ¿Usted cree en el perdón?

--Sí. ¿Se ha perdonado a sí misma?

--Sé que no debía haber hecho aquello. Pero culparse constantemente de lo malo que uno ha hecho es sumamente destructivo. Incluso diría que egocéntrico. Mi manera de avanzar ha sido intentar ser mejor persona. Mirar hacia fuera. ¿No cree que las personas que siempre se quejan resultan muy aburridas?

--Insisto en que el contexto...

--¡El daño hay que asumirlo en el momento! Yo purgué la culpa. Y le aseguro que las cárceles de entonces no eran como las de ahora. No había educadores, ni libros, ni televisión, ni ropa. Se trabajaba cinco días a la semana y punto.

--Entonces, ¿de dónde salió el impulso de escribir?

--De dentro. No tuve mucha escuela. Mi madre me enseñó a leer y escribir a los 4 años y dejé de estudiar a los 13. Estuve dos años enferma y después, ya sabe lo que pasó...

--Al final, aquel suceso ha jugado a favor de sus libros.

--¡Le aseguro que no! Cuando en 1994 se estrenó la película Criaturas celestiales, las ventas de mis libros cayeron.

--¿Hasta ese momento nadie sabía que una de las asesinas era usted?

--Bueno, para entrar en EEUU saqué el visado con mi nombre, Juliet Hulme, y no escondí lo que hice a mi círculo más íntimo.

--Luego, alguien la traicionó.

--Supongo.

--¿Y no se ha rebelado?

--No. Uno puede no ser responsable de sus acciones, pero sí de sus reacciones.

--¿Por qué no escribe la biografía de Juliet Hulme, la suya?

--Porque la vida de uno no es solo la de uno. Y solo serviría para que la gente siguiera recordando una y otra vez lo mismo. ¡Y yo quiero dejar atrás el pasado, por Dios! Quiero lo que es Anne Perry, no lo que fue Juliet Hulme.

--¿Y quién es Anne Perry?

--Alguien que cree que el ser humano es un hijo de Dios y que su objetivo es ser tan parecido a Dios como sea posible. Esto supone valentía, integridad y compasión. No hay que juzgar con ligereza. Hay que amar al prójimo sin excepción. Si uno no se equivoca, no necesita el perdón.

--¿No existe el bien y el mal en estado puro?

--No. Las mejores personas tienen puntos débiles y las peores son capaces de hacer buenas obras. Todo el mundo es importante y tiene un motivo para errar.

--¿Incluso para matar?

--Se mata por miedo, cuando ves amenazada la propia seguridad, la de alguien que amas o la del resto de la humanidad. También por rabia ante un atropello al débil o un chantaje, y entonces buscas venganza. Los motivos menos interesantes son, sin duda, los celos y la envidia. Tampoco escribo nunca sobre personas locas.

--¿Por qué no?

--Mi padre me dijo que uno es responsable cuando puede responder ante el mundo de manera autónoma. Yo no hablo de personas que no son responsables de sus actos.

--¿Nunca quiso volver a hablar con Pauline, su amiga y cómplice?

--No. Si supiese la verdad, entendería por qué no hay nada que decirnos. Pero lo que usted y todo el mundo sabe de aquel suceso está mediatizado por la película. Yo me enteré de su existencia el día antes del estreno. Nadie habló conmigo. Tampoco la vi. ¿Por qué iba a verla?