Escritor «conductista» sin saberlo

Mi editora me ha pasado un original inédito, de estilo literario, que se había presentado en la editorial por si se creía publicable. Está demostrado, sus aciertos lo demuestran, que ella tiene suficiente criterio para valorar un libro, pero le gusta disponer de diversas opiniones. Si se trata de un ensayo, en principio no es muy difícil coincidir en los criterios sobre la importancia documental, el rigor de la información, la claridad del lenguaje. Pero la coincidencia puede que no sea tan fácil cuando se trata de un texto de ficción, de una novela. Incluso una enciclopedia tiene que hacer esfuerzos para que no se le escapen algunos matices.

¿Qué es una novela? «Un escrito generalmente en prosa, de una longitud considerable, destinado a deleitar al lector con narraciones de aventuras heroicas (sean relacionadas con la historia o inventadas), o bien con descripciones de hechos y de caracteres que quieren, o no, representar la vida real»".

La Enciclopedia Catalana cita, como ejemplos, muchísimas novelas escritas en varias lenguas y en diversos tiempos. Un esfuerzo admirable por parte de Carles Miralles y Maria Aurèlia Capmany. A veces, al nombre de cada novelista se añade una frase muy corta o simplemente un adjetivo para definir el estilo del autor citado.

Harto de contestar, seguramente, que era para él una novela, Camilo José Cela sentenció: «Novela es lo que en la cubierta de un libro figura novela». Yo salgo en la lista con esta calificación: «Una versión personal de la novela conductista». Ay, ay, ¿eso es bueno o es malo? Me tranquilizo. Contra la introspección y la psicología experimental, veo que el conductismo supone dar importancia al ambiente, donde se encuentran los estímulos.

Sí, la especulación psicológica no es mi vocación. Me considero un modesto pero apasionado observador de la realidad que me rodea. Las especulaciones no me tientan. Las ideas siempre me han parecido más dudosas que las conductas.