Errejón también existe

Con el 41% de los votos, Iglesias tiene complicado mantener el liderazgo caudillista de Podemos

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en el pleno del Congreso.

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en el pleno del Congreso. / periodico

JOAN TAPIA

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Hasta este jueves Pablo Iglesias había ganado todas las consultas internas de Podemos con más del 80% de los votos. Podemos era caudillista. Pero parece que todo está empezando a cambiar. En la consulta de este jueves, la propuesta de Iglesias, que defiende que en el próximo congreso (Vistalegre II) se voten juntas las resoluciones políticas y la lista de dirigentes, salió vencedora, pero solo con el 41% de los votos, mientras que la de Errejón, secretario político, que aboga por votar por separado ambas cosas, obtenía el 39%. La corriente más radical, la anticapitalista, sacó el 10%.

La conclusión es que el pablismo ha ganado pero de una forma muy ajustada, ya que solo 2.400 votos (sobre un total de 99.000) han separado a pablistas y errejonistas. Y casi el 60% de los votantes han rechazado la propuesta de Iglesias. Claro que este se puede imponer con cierta facilidad si --como ya ha sucedido en Madrid y Andalucía-- pacta con los anticapitalistas y margina a Errejón.

Esta victoria aparente sería, a la hora de la verdad, una seria derrota porque evidenciaría la ineptitud de Podemos para ser una fuerza integradora y con vocación mayoritaria. Pero sería imprudente descartarla. El propio Iglesias teorizó que el cielo (el poder) no se conquista por consenso sino por asalto.

Lo que suceda en Vistalegre en febrero condicionará el futuro de la política española. Las primeras desavenencias públicas se produjeron cuando la investidura fallida de Pedro Sánchez. Errejón tuvo una actitud menos cerrada que Iglesias y todos vimos en televisión su cara de susto cuando desde la tribuna Pablo Iglesias descalificó a Sánchez por ser del partido de la cal viva, el de Felipe González.

RADICALIDAD Y DUREZA

Conozco menos que las de otros partidos la geografía interna de Podemos, pero salta a la vista que Pablo Iglesias es un líder caudillista, con tendencia a la radicalidad y a la dureza (algo así como un maduro 'light') y que le gusta el cine en blanco y negro. Como le oí en un mitin en Barcelona, la sociedad esta partida en dos. En una parte están los buenos, los sufridos ratones, y en la otra los malos, los gatos, que se comen a los ratones. Podemos quiere unir a los ratones. Y los que no comulguen son sospechosos y merecedores de las penas del infierno. Si, bastante primitivo

Errejón es otra cosa. Recuerda más el lenguaje inconformista de un verde alemán --versión española-- que pinta la realidad con desparpajo y una brillante mezcla de radicalidad y agudeza. Y con pocas manías porque predica que los cambios reales en la vida de la gente no se logran solo con protestas en la calle, sino trabajando y tejiendo alianzas en las instituciones (parlamentos, autonomías y municipios).

Errejón puede parecer mas próximo al PSOE. Pero quizá a los socialistas les iría mejor con Pablo porque mientras Podemos no pierda acento venezolano no podrá robarle --a ratos Iglesias lo ha pretendido-- el espacio socialdemócrata. Y la socialdemocracia, aunque dada por muerta, es la única que en Europa disputa el poder a la derecha y al populismo.