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La era de las noticias falsas

En el 2020 los ciudadanos consumirán más noticias falsas que verdaderas generadas por sistemas de inteligencia artificial lo que lleva a plantearse que innovación no siempre equivale a progreso

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Olga Grau

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En el 2022, más de la mitad de los ciudadanos de economías maduras consumirán más información falsa que verdadera fabricada por sistemas de inteligencia artificial manejados por poderes ocultos, según el pronóstico del informe Tendencias 2018 de la reconocida consultora Gartner. Los estudios muestran que un lector está más dispuesto a seguir creyendo una mentira que previamente ha dado por cierta que a cambiar de opinión, especialmente si el bulo encaja con su sesgo ideológico o confirma sus creencias. En estos casos, cuando se le intenta convencer de que la noticia era falsa aflora la suspicacia o la desconfianza. 

Los expertos no saben cómo luchar contra la propagación de rumores, noticias falsas y mentiras que circulan por las redes sociales, como ya se vio con posterioridad a la campaña electoral de Donald Trump en EEUU. Los engaños son generados y propagados por sistemas de inteligencia artificial que inventan y recrean noticias verosímiles y muy dañinas. Se prevé que el impacto en el mundo económico sea enorme con el riesgo de que los bulos generen fuertes caídas de las cotizaciones bursátiles de empresas y turbulencias en los mercados.

Los sistemas de verificación y bloqueo de las noticias falsas avanzan mucho más lentamente que los generadores de embustes, de manera que la batalla desigual apunta a un claro vencedor, el del bando de los manipuladores. Y si el impacto en la economía ha alertado ya a las empresas y mercados, la amenaza sobre la democracia es infinitamente más preocupante.

¿Cómo tomar las decisiones correctas cuando los ciudadanos no pueden discernir entre verdadero y falso? Esto se suma a la dificultad de tomar buenas decisiones cuando los algoritmos secretos de las grandes tecnológicas funcionan mostrando en el muro del usuario solo informaciones acordes a gustos o valores del lector en base a sus ‘likes’ o comportamiento en la plataforma, lo que intesifica los sesgos ideológicos.

En un reciente debate sobre inteligencia artificial celebrado en el Pier01 del Barcelona Tech City por The Collider, la aceleradora del Mobile World Capital, los expertos concluyeron que los problemas éticos serán la principal materia de preocupación en el desarrollo de la inteligencia artificial. Si se abusa de la regulación, los investigadores consideran que se frenará la innovación. Y si no se ponen límites, serán los intereses de los lobis económicos y políticos los que decidan el futuro de la humanidad. Nuria Oliver, directora de investigación en ciencias de datos en Vodafone, reflexionó sobre que innovación no siempre significa progreso. Nada más cierto.