tú y yo somos tres

Enigmática, gélida, hipnótica

FERRAN MONEGAL

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Ni Lluís Arcarazo ni Jordi Galcerán ni los directores Oriol Paulo Manuel Huerga, son criaturas noveles. Tienen una enorme y exitosa trayectoria a sus espaldas. Saben lo que hacen. O sea, que este clima gélido y metálico que envuelve a Nit i dia, la nueva teleserie que nos ha presentado TV-3, no es fruto de una casualidad fortuita. Es una apuesta, una estética, un planteamiento escénico para que esta historia de la forense Sara Grau (Clara Segura) quede dimensionada lejos de las producciones anglosajonas y, al mismo tiempo, lejos también del costumbrismo del que abusan tantas series.

Decían Arcarazo y Galcerán en el making of que emitieron la semana pasada, que en la series norteamericanas estamos acostumbrados a que se centren en la resolución de casos concretos, pero que en Nit i dia querían plasmar sobre todo la realidad existencial, la condición humana, de los protagonistas. Clara Segura encarna esta idea a la perfección. Interpreta a una forense enigmática. Siendo una actriz cálida, en muchas escenas es gélida. Expresamente gélida. Como si se desdoblase, pasando de la tétrica sordidez de los cadáveres que debe analizar profesionalmente, a una vida personal extraña, sorprendente. Nos atrae por hipnosis.

La escena, por ejemplo, con el amante ocasional (Marc Martínez), un personaje que luego aparecerá en su mesa de disección, carbonizado en un supuesto accidente. Ella le ve en un bar. Le mira como quien mira a un paquete de Marlboro. Y se lo fuma entero esa misma noche. Mientras le desabrocha la camisa, le va diciendo: «No quiero saber nada de tu persona. Ni cómo te llamas. Ni a qué te dedicas. Y si quieres saber mi nombre, elige uno, el que más te apetezca». ¡Ahh! La escena entre los cuerpos es tórrida, abrasadora, pero el alma de la forense parece instalada en el Everest. Repito, el gran gancho es ese factor humano de Sara/Clara, que llega a hipnotizarnos con su enigmático comportamiento.

A partir de esta forense vamos descubriendo el poliedro. La dimensión thriller aparece en forma de psicópata. Un demente, todavía no desvelado, que es un asesino en serie de ancianas, a las que tortura y veja. Hay otros tipos de psicopatías en la serie. El propio marido de Sara, Lluís (Pablo Derqui) construye bien un personaje neurótico. Un neurótico de esos que la sociedad premia con el éxito. En el próximo capítulo veremos debutar a Mario Gas y Vicky Peña. Estamos ante una serie de altos vuelos.