En el 'candelabro'

Asumo que hace tiempo que vivo fuera del candelabro, que diría Sofía Mazagatos, en lo que a fastos literarios se refiere. Por eso tuve un subidón esta pasada semana con motivo de la celebración del Liber en Barcelona. Fueron dos jornadas que dieron para mucho: Rosa Montero ya ha finiquitado una nueva entrega de su estupenda serie de ciencia ficción protagonizada por la replicante Bruna Hasky, que disfrutaremos la próxima primavera; María Dueñas intenta acabar una nueva novela que le gustaría ver en la calle antes del próximo verano, si los reconocimientos de El tiempo entre costuras se lo permiten. Antonio Muñoz Molina ha finalizado las correcciones de Como la sombra, que Seix Barral publicará a finales de noviembre, donde mucho se ha hablado de que el protagonista es el asesino de Martin Luther King, y poco de la importancia que tiene el propio escritor como coprotagonista, en un magnífico ejercicio de autoficción que dará que hablar por lo que confiesa. «Si uno se escoge como personaje debe contar la verdad y no pretender engañar al lector con la excusa de la ficción», me explicó durante su visita.

Pero mi pequeña y oxidada libreta no daba abasto: los editores siguen a la greña con el Gobierno por el tema de la piratería ya que hace unos meses la vicepresidenta les prometió ponerse con el tema desde el punto de vista penal, pero ha pasado el tiempo y como si lloviera. También el homenajeado José Manuel Lara se lo recordó al Secretario de Estado de Cultura Lassalle durante la cena que se celebró en la Llotja. Un Lassalle que regresó a Madrid con la piratería en una mejilla y la ley de Mecenazgo en la otra. Y podría contarles lo del equipo de 25 personas que trabajan para el recién llegado Ken Follett, lo que desvelará Beatriz de Moura en sus próximas memorias… Pero mejor cierro el cuaderno y me marco una elipsis que me saque de este remember profesional, no sin antes advertirles que quien les diga que el mundo del libro es aburrido, es que no tiene ni idea.