MIRADOR

Empieza la campaña

Tras aprobar los presupuestos estamos ante el principio del fin del 'processisme'

Artur Mas

Artur Mas / periodico

MARINA LLANSANA

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En la lengua inglesa se suele utilizar un dicho que dice 'Facts speak louder than words' (Los hechos hablan más fuerte que las palabras) y que, aplicado a la política, vendría a ser una versión un poco más elaborada de aquel 'Fets i no paraules' que tan útil fue al 'president' José Montilla, poco amante de la oratoria. Estos últimos días, los partidos soberanistas han cogido carrerilla y se han ido despojando del barroquismo de los discursos para vestirse de la contundencia de los hechos, y tocaba.

Cuando el 'procés' corría el peligro de entrar en vía muerta, la aprobación de los presupuestos esta semana en el Parlament ha sido el impulso que ha puesto en marcha el engranaje de los hechos, de las acciones. Todo el mundo era consciente de que sin presupuestos no habría referéndum, y no por la partida económica que se le destina, sino porque sin mayoría parlamentaria el Govern de la Generalitat no se habría sentido bastante fuerte para sacar adelante un proyecto de una envergadura tan grande como es convocar un referéndum en contra de todo el aparato político-estatal del Estado, un aparato dispuesto a todo: a inhabilitar presidentes, a montar operaciones de desprestigio desde las cloacas y a comprar con favores diplomáticos europeos.

Los presupuestos son la pieza de dominó que impulsa, con su caída, todo lo demás y que precipita el desenlace: la aprobación de la ley de la desconexión y la convocatoria del referéndum. Desde esta semana se puede decir que estamos a las puertas de la hora de la verdad, que estamos ante el principio del fin del 'processisme', un fin que desean a partes iguales los independentistas y los que no lo son.

Y es en este contexto que se debe leer el acto de PDECat de este sábado, un acto que deja varios mensajes --la mayoría coincidentes con los que dejó el acto multitudinario que ERC hizo a principios de mes--. El primero, y más importante: la convicción de que el referéndum se hará, y la mejor manera de transmitir esta determinación es poner en marcha la campaña por el 'sí', porque las acciones son más convincentes que las palabras.

El acto, además, ha servido a PDECat para rentabilizar las sentencias de inhabilitación y consolidar la imagen de Mas inhabilitado por encima de la imagen de Mas-atrapado-por-el-caso-Palau. Porque es cierto que la nueva dirección encabezada por Marta Pascal arrastra una mochila convergente cargada de sospechas de corrupción, pero también cuenta con el gran activo de haber hecho posible el 9-N, un proceso participativo que el Estado con su utilización torpe de la justicia ha cargado todavía de más épica de la que tuvo en realidad.

Empieza, pues, la campaña por el referéndum. Los partidos soberanistas ya hacen actos para dar argumentos electorales por el 'sí' y el Govern ha puesto en marcha la maquinaria: desde el registro para inscribir los catalanes residentes en el exterior hasta la convocatoria del concurso para la fabricación de los sobres y las papeletas. En Catalunya ha llegado la hora de la política. ¿Y en España?