Análisis

¿Empate a cuatro?

Estamos ante las elecciones más inciertas de nuestra historia y probablemente con la participación más alta desde las de 1980

Urna

Urna / periodico

ÁNGELS PONT

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Ha empezado la campaña con más movilización y expectación que nunca en Catalunya. Así lo ponen de manifiesto todos los indicadores de la encuesta que publica hoy EL PERIÓDICO. Más del 70% de los entrevistados dicen que las elecciones del 21 de diciembre son muy importantes, hasta un 90% dicen que seguro que irán a votar y solo un 1,1% dicen explícitamente que se abstendrán cuando se pregunta por la intención de voto. No tenemos unos datos tan contundentes en toda la serie de encuestas disponible. Esto nos lleva, a estas alturas, a estimar una participación alta, probablemente la más alta desde las primeras elecciones catalanas de 1980.

La campaña también comienza con un alto grado de incertidumbre en cuanto a los resultados. Desde la encuesta de hace dos semanas no ha habido cambios espectaculares en cuanto a la magnitud de las cifras, pero se han reforzado las tendencias que se apuntaban entonces, dibujando pues un escenario político sustancialmente diferente. ERC continúa su tendencia a la baja y ya no tiene asegurado el primer lugar de forma tan clara como hace unos meses. De hecho, se sitúa a poco más de un punto de la lista de Puigdemont, del PSC y de Ciutadans. Por primera vez hay más votantes de JxSí que muestran su disponibilidad a votar la lista de Puigdemont que a los republicanos. En cualquier caso, la bajada de ERC se compensa con la mejora de la lista de Puigdemont, de manera que ambas candidaturas juntas suman lo mismo que el 27-S y que en la encuesta de hace dos semanas.

Poca fidelidad a los ‘comuns’

También mejora resultados el PSC, que refuerza su tendencia al alza detectada en los últimos meses, gracias sobre todo al descenso de la indecisión entre sus votantes del 2015 y a los votos que recoge de los abstencionistas, los comuns y Ciutadans. Parece que la transversalidad que Iceta ha querido transmitir en su lista está consiguiendo que también se genere entre sus simpatizantes. También Ciutadans mejora ligeramente sus resultados, básicamente porque conserva una alta fidelidad de voto (es la fuerza política con una fidelidad de voto más alta) y por las transferencias que recibe especialmente desde el PP. De hecho, los populares podrían quedar en la última posición en estas elecciones, por detrás de la CUP. Por su parte, los de Catalunya en Comú-Podem siguen varados, ya que son el partido con la fidelidad de voto más baja y mayores fugas de votos hacia otras formaciones, sobre todo hacia el PSC y ERC, pero no únicamente.

Así pues, a día de hoy se dibuja un escenario muy dividido, en el que cuatro partidos –ERC, JxCat, PSC y Ciutadans– parten con un nivel de apoyo similar y en el que las listas independentistas ven a su alcance revalidar la mayoría absoluta, pero no la tienen garantizada. Se inicia la campaña electoral más expectante e incierta de la historia de nuestro país sin un ganador claro. Este es el país que tenemos. Ojalá que los que lo quieren gobernar pongan toda la generosidad necesaria para entenderlo, salir adelante y recuperar la calma.