tú y yo somos tres

Emergentes y eclipsados

FERRAN MONEGAL / Barcelona

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Fue una noche extraordinaria. Los pequeños se transformaron en gigantes. También en lo televisivo. De la tarde-noche electoral, el programa más seguido de todo el telehipódromo estatal fue Al rojo vivo: objetivo elecciones de La Sexta. El tándem Antonio García Ferreras & Ana Pastor logró un 16% de share. Casi triplicaron al especial elecciones de Sergio Martín en TVE-1, y al de Gloria Lomana en Antena 3 TV. Y cuadruplicaron a Juan Pedro Valentín en la cadena Cuatro. En Tele 5 fueron a su bola, como cualquier domingo del año: por la tarde Qué tiempo tan feliz, y por la noche, La isla de los mosquitos (Supervivientes). Y marchando. El triunfo de La Sexta, por encima de las cadenas grandes, reafirma su gran victoria: haber sabido construirse una personalidad.

La audiencia, cuando busca información político-social se ha acostumbrado a sintonizarla. Encuentra en ella ese plus de opinión, de intención y de análisis que la caracteriza. De la misma forma que los que no quieren saber nada de elecciones, ni de votos, se van a la mosquilandia de Tele 5, cadena que también ha conseguido su personalidad a base de ratomaquias. Lo de Ferreras en La Sexta fue un festival de ironía, análisis y datos. Viendo el triunfo de Ada Colau en Barcelona, y la potencia de Manuela Carmena en Madrid, le preguntó a su compañera Cristina Pardo, destacada en la sede del PP: «¿Hay miedo ahí donde estás?». Y Cristina contestó: «Mira si hay miedo que ni siquiera han montado el balcón para celebrar los posibles resultados». ¡Ahh! Y Ferreras disfrutaba.

La noche electoral en TVE-1, conducida por Sergio Martín, fue cicatera con las potencias emergentes. Servil con los que hasta ahora mandaban. Un ejemplo significativo: del parlamento triunfal de Ada Colau emitieron 50 segundos; de Rita Barberá, pese a su debacle, dos minutos largos. ¡Ahh! TVE no está al servicio de la ciudadanía que ha votado: sigue siendo el perrito amaestrado de los que comienzan a eclipsarse.

La jornada de TV-3 fue potente. Trabajaron bien como instrumento de servicio ciudadano en tan importante jornada. Solo eché en falta un poco de entusiasmo informativo sobre la hazaña de Ada: una opción que hace seis meses no existía y que se ha zampado a todos los demás. Esta proeza merecía una atención más resaltada. Le preguntaron, preocupados: «Con usted en el Ayuntamiento, ¿el procés pierde fuerza?». ¡Ahh! El procés. Antes era el dret a decidir. Qué maravilla. Cómo avanzan.