La emergencia del Partido de la Semana Santa

JOAN SALICRÚ

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Durante años, el Partido de la Semana Santa (el PSS) era prácticamente inexistente en Mataró. O más concretamente no se manifestaba públicamente. Dejaba hacer al otro gran partido de la ciudad, el Partit del Mataró Centre, el PMC, todopoderoso. A partir de mediados de los años 80, con la reaparición de las procesiones en la ciudad, el PSS empezó a dejarse ver en la plaza pública -literalmente- en estos momentos finales de la Cuaresma. Por eso la denominación. Y a medida que pasa el tiempo, el PSS no para de coger musculatura y crecer, hasta poner en entredicho al PMC.

El PSS, como habrán adivinado, sería la expresión política de los barrios de la ciudad, el PMC -como su nombre indica- la del Centre y el Eixample. No es ninguna tontería. Los mapas que Ramon Radó y Toni Rodon van desvelando en la sección 'Partit a partit' de LaRiera48 son demoledores: la polarización electoral en la ciudad es cada vez más evidente, con las Rondas actuando de frontera clarísima; en el Centre y el Eixample impone el ‘frame’ de los partidos incluidos dentro del PMC (CiU, ERC, CUP) mientras que en el resto de barrios lo hacen los partidos del PSS (PSC, PP, Ciutadans y PxC, a partir de ahora también Podemos). La única formación que matiza esta fuerte polarización es ICV, que sigue obteniendo unos resultados bastante homogéneos en el conjunto de la ciudad.

Una de las claves se encuentra en que, en términos de participación electoral, el diferencial entre los barrios y el Centre/Eixample cada vez es menor. La creciente movilización de los barrios de la ciudad se hace obvia mirando los datos de participación en las municipales. Así, en 1991 la diferencia entre el barrio periférico que votó menos (Pla d'en Boet, 52,52%) y el barrio de entre Rondas que más votó (Centre, 64,12%) fue de casi doce puntos. Ocho años después, este porcentaje bajó a nueve puntos y medio (61,83% Eixample; 52,26% Cerdanyola Nord). Y ya en 2011, se redujo a poco más de siete puntos (Cerdanyola Nord, 64,56%; Eixample, 71,94%). En las generales esta tendencia también se puede contrastar. Los barrios quieren mandar la ciudad, también. Entre otras cosas porque -afortunadamente- su posición socioeconómica relativa ha mejorado.

El PMC y el PSS no son más que una metáfora de dos mundos que conviven -sí- en Mataró pero que presentan cada vez comportamientos electorales más diferenciados a raíz del Proceso Soberanista y de la crisis económica, dos elementos polarizadores. Unos hablan en catalán y se informan muy mayoritariamente a través de TV-3 y los otros se expresan más bien en castellano y construyen su visión del mundo a partir de los varios canales de televisión españoles, lo que condiciona de una forma clarísima sus preferencias políticas. En este sentido hay que resaltar el trabajo que Tele5 hizo con Albert Rivera y Ciudadanos en las autonómicas de 2012 y la que La Sexta ha hecho en los últimos tiempos con Pablo Iglesias y Podemos. Ahí está su traslación en votos.

Yendo un poco atrás, veremos que en 1987 en el Ayuntamiento de Mataró sólo se sentaron representantes de tres formaciones políticas que compartían el denominador común del catalanismo con diferentes intensidades (CiU, PSC e ICV), aunque CiU también arrasaba el centro y el PSC en los barrios. En las próximas elecciones, sin embargo, esta polarización electoral se hará aún más evidente si se confirman los augurios electorales y una participación similar a 2011 lo permite: nos encontraremos tres partidos soberanistas (CiU, ERC y la CUP) y hasta cinco partidos antes partidarios de mantener los lazos con España (PSC, PP, Ciutadans, Plataforma per Catalunya y Podemos), más ICV, con una propuesta confederal encima de la mesa.

Desde este punto de vista, las elecciones del 24 de mayo podrían confirmar en la ciudad la emergencia definitiva del Partido de la Semana Santa. Formación, por cierto, que por primera vez cuenta en sus filas con dos alcaldables -José Manuel López y David Bote- ambos miembros de cofradías de la ciudad.

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