La pugna por Barcelona, salir de la zona de confort o perder

JOSE A. RODRÍGUEZ

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Las encuestas pre-electorales de las municipales de Barcelona comienzan a apuntar que es un juego de dos: Ada Colau Xavier Trias y que el resto jugará un papel más secundario.

Se está solidificando un relato político que favorece a CiU y Barcelona En Comú. Por un lado CiU ofrece "gobernabilidad", "seriedad", "capacidad de gestión", "racionalidad" frente a una visión de cambio y rompedora con la vieja política que ofrecen Barcelona en Comú y Ada Colau.

Este relato termina perjudicando al resto de actores polítcos. Ciutadans y Partido Popular pugnan por un mismo electorado que está cristalizado y que no retrocederá pero tampoco aumentará. Así que deja a los otros 3 partidos de izquierdas como los únicos que pueden cuestionar la hegemonía de CiU y Barcelona en Comú.

Por ahora estos tres partidos se encuentran trabajando en su zona de confort. ERC ha creado un relato muy orientado hacia el votante independentista (Barcelona como futura capital de un nuevo estado), el PSC intentando recordarle a su votante nuclear que es un partido que sabe gobernar, y la CUP manteniendo su discurso de una hoja de ruta de cambio de la política desde las bases.

Lo más cómodo (tanto para los candidatos, sus equipos y sus bases) es que las tres formaciones sigan en su zona de confort, pero si siguen así en su zona de confort le están regalando la partida a Ada Colau y Xavier Trias. Ada Colau proporciona el discurso del cambio y Xavier Trias al de garantizar que el ayuntamiento es gobernado con seriedad.

En todo caso esos relatos son relativamente fáciles de desmontar. Por un lado la legislatura de Trias se ha caracterizado por ser muy gris, gobernando por pura inercia. Por otro Ada Colau no puede sostener con tanta solidez que BEC es la nueva política cuando en la coalición está ICV que ha gobernado la ciudad casi 30 años y una parte de los ideólogos de BEC formaron parte de gobiernos de la ciudad y asesoraron a estos durante los años 80 y 90.

Jaume Collboni (PSC) debería intentar de ir más allá de su votante nuclear, por ejemplo dejando de de hacer creer que "el procés" es un tema ajeno a la ciudad e intentar pugnar parte del electorado sociovergente y realizar una propuesta algo más osada para intentar recuperar parte del electorado que ha perdido. Lo tiene muy difícil, cierto, pero el éxito de Colau se basa en gran parte de personas desilusionadas que votaron al PSC en anteriores elecciones y que estarían dispuestas a votar una opción de centroizquierda medio decente y con algo de credibilidad, en caso de percibirla.

Alfred Bosch (ERC) debe fundar su proyecto en algo más que la capitalidad de un nuevo estado. Puede competir con Ada Colau y de una forma más creíble como proyecto de transformación y cambio. ERC apenas tiene casos de corrupción y la mochila de ERC en Barcelona es bastante más pequeña que la de Barcelona en Comú. Por otro lado si quiere ampliar su base ha de poner énfasis en el proyecto de ciudad más allá de los elementos identitarios. Muchos ciudadanos, incluso bastantes independentistas, quieren votar un alcalde o una alcaldesa. Alfred Bosch ha de aparecer como un alcaldable creíble, como alguien que lo que quiere es gobernar Barcelona y no sólo piensan en clave procés. Bosch le puede disputar votos a Trias, Colau y posiblemente a Collboni si transmítela imagen de ser un alcaldable y que lidera una alternativa de izquierdas creíble con ganas de gobernar la ciudad.

Por último la CUP ha de salir también de su zona de confort, y eso significa comenzar a pensar como un partido que quiere hacer política institucional y no sólo como una serie de asambleas ciudadanas. El valor de Ada Colau no es que sea "más renovadora" o "más de izquierdas" que la CUP sino que es capaz de aglutinar mayorías y grupos diversos para hacer una propuesta con capacidad de ganar. El mismo logro que ha conseguido la CUP a nivel nacional, ha de conseguirlo de cara a las municipales. Ha de demostrar que lo que pretende es hacer política institucional e influir en la política de la ciudad de Barcelona.

Salir de la zona de confort no está exento de problemas. Se corre el riesgo de diluirse al no hacer una oferta clara y aún sacar un resultado algo más bajo del que predicen las encuestas. Pero el coste de no arriesgar es mucho mayor.

Para Collboni sacar 3, 4 o 5 regidores es igual de desastroso, el PSC es un partido de gobierno o de alternativa de gobierno, quedarse en una fuerza secundaria es un desastre sin paliativos.

Para Alfred Bosch no ser segunda o tercera fuerza es quedar muy por debajo de las expectativas de crecimiento de ERC y fracasar en la capacidad de ser el partido que ocupa el centro de la izquierda.

Puede que la CUP no tenga tantos incentivos, pero un buen resultado en Barcelona les posiciona mucho mejor de cara a las elecciones del 27 de septiembre, sobre todo si su crecimiento lo hace a costa de atajar parte del crecimiento de BEC.

Tanto para el PSC, como para ERC, como para la CUP tienen bastantes incentivos para salir de su zona de confort, veremos si sus candidatos y sus equipos tienen el talento para hacerlo.