Lo que Sánchez debe aclarar

Nadie en el PSOE defiende la posibilidad de una gran coalición

Pedro Sanchez

Pedro Sanchez / periodico

JOAQUIM COLL

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“¿Qué parte del no, no ha entendido Rajoy?”, escribió Pedro Sánchez en Twitter a finales de enero para dejar clara su negativa a facilitar la investidura del líder del PP. Dos cosas han quedado ya fuera de toda duda: los socialistas no permitirán que Rajoy siga en la Moncloa, ni gobernarán con el PP. Como mucho, si no hubiera alternativa de izquierdas, no bloquearían la formación de un gobierno en minoría para evitar la repetición de unas terceras elecciones. Pero nadie en el PSOE defiende la posibilidad de una gran coalición. Ni siquiera Felipe González. “No veo gran coalición, entre otras cosas porque ya no es grande, es pequeña”, dijo hace unas semanas. Además, en muy poco tiempo, hemos pasado de lamentar que España sea la excepción en una Europa donde las grandes coaliciones son bastante habituales, a ligar el auge de la extrema derecha en Austria o Alemania a este tipo de fórmulas de gobierno que dejan todo el campo libre al populismo, como  antes había sucedido en Grecia. 

Aclaradas las cosas por aquí, las dudas aparecen en el otro extremo. Si las encuestas confirman el sorpasso de Unidos Podemos al PSOE, también en diputados, y al mismo tiempo ambas fuerzas alcanzan  una mayoría suficiente para gobernar juntas, a Sánchez se le plantea una pregunta especialmente incómoda: ¿apoyaría la investidura a la presidencia del Gobierno de Pablo Iglesias? Es una cuestión capital que el secretario general de los socialistas debería aclarar. Una cosa es compartir el ejecutivo conservando la dirección del mismo, y otra muy diferente cederla a un político como Iglesias que suscita casi tanto rechazo como Rajoy, también entre los votantes socialistas. Algunos dirán que no es una pregunta que Sánchez deba plantearse ahora mismo porque su prioridad es lograr un diputado más. Ocurre que eso no evita que una parte de sus votantes, tal vez los que vieron con mejores ojos el acuerdo con Ciudadanos, se hagan esa incómoda pregunta. 

La posibilidad que Iglesias sea presidente no es tan remota a tenor de las encuestas. En realidad, es quien más posibilidades tiene hoy. Rajoy solo lograría salvarse en caso de que el PP pasara de los 130 diputados y C’s levantase su veto. Pero si hay mayoría de izquierdas y el PSOE cae en tercer lugar, va a ser difícil justificar una negativa a posteriori si los socialistas no empiezan ya a descartar este escenario. Su electorado está partido en dos mitades sobre la posibilidad de gobernar con Podemos, pero ceder a un bolchevique oportunista el poder de la presidencia del Gobierno es otra cosa. Si Sánchez no lo aclara con la misma contundencia que lo ha hecho respecto a Rajoy, puede que el votante progresista moderado o aquel que se haya tomado la molestia de mirarse el catálogo Ikea de sus posibles compañeros de gobierno, prefiera el 26-J quedarse en casa o votar otra cosa.