Baile de candidatos

Muy negras deben de ver sus perspectivas CDC y PSC para actuar así

Meritxell Batet durante la ejecutiva del PSC

Meritxell Batet durante la ejecutiva del PSC / periodico

XAVIER BRU DE SALA

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Tal como andan de precarios los equilibrios de la política, cualquier variación a la baja en los resultados del 26-J será interpretado como una catástrofe. Como si la vida no fuera ondulante. Como si después de los tropiezos no hubiera oportunidad para las remontadas. Como si un inicio, o tan solo un indicio de descenso situara a los partidos que lo sufren en un imparable, interminable, ineluctable tobogán hacia el abismo y las tinieblas de una irremisible extinción sin posibilidad de palingenesia.

Mucho deben de compartir este principio las cúpulas de los, en épocas prehistóricas, dos principales partidos de Catalunya, para maniobrar, a última hora y a la desesperada, en busca de un candidato alternativo. Parece que las cúpulas, no digo líderes porque ni disponen de ellos ni pretenden modelar alguno, se crean predestinadas al naufragio. Según la predestinación, por mucha libertad que ejerzas, o te imagines que ejerces, no podrás modificar tu futuro, escrito de antemano en este valle de lágrimas.

Supongo al lector informado del cambio de Carme Chacón por Meritxell Batet. La catalana de Sánchez sustituye a la catalana de Zapatero, extremo que sin duda acentúa, dignifica y magnifica la independencia, o si la palabra les molesta, la autonomía del PSC en relación a un PSOE que, lejos de imposiciones centralistas, se mantiene más y más como paradigma universal del federalismo, tan interno como constitucional. Si esto es esforzarse para mejorar, se precisaría una legión de teólogos teutones para argumentarlo (no para demostrarlo, que ya sería pedir demasiado).

También se debe suponer al lector informado del paso adelante de Artur Mas, que se postula para participar (se supone que no precisamente en último lugar) en una candidatura soberanista unitaria. Si Oriol Junqueras, que acaba de ganar la partida de la ‘cordialidad’ independentista a Puigdemont, no oficia la ceremonia de resucitar a su más antiguo que eterno rival, el paso adelante habrá quedado en paso atrás, con el peligro subsiguiente de que ERC sea acusada por CDC de propiciar el descenso conjunto. Un esfuerzo encomiástico, claro está.

El debate de la predestinación ocupó a los teólogos, sobre todo los protestantes, durante buena parte de la edad moderna. En cualquier aprieto, si no recuerdo mal, prevalecía el valor del esfuerzo por encima del conformismo y la indolencia. Ahora bien, muy negros deben de ver sus perspectivas CDC y PSC, o mucho se las exageran por pánico, puesto que propician unos bailes de candidatos que, en vez de un esfuerzo relacionado con su oferta política, imitan las tarantelas de San Vito, tradicionales en el golfo homónimo de Tarento: mucho movimiento, muy sincopado y muy catártico, para quedarte como estabas pero más agotado.

A diferencia de la católica, en la Europa protestante no existe el perdón.