EL CONCULCADO DERECHO A LA VIVIENDA

El viento tiene nombre de mujer

"No deja de decir que su lucha es la de todos, y tiene razón, ella es solo una voz, pero qué bien la emplea. Ella tiene un nombre: Ada Colau de la PAH"

Ada Colau, durante su intervención en el Congreso. AGUSTÍN CATALÁN

Ada Colau, durante su intervención en el Congreso. AGUSTÍN CATALÁN / periodico

SUSANA MOLINA

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El viento debería llevarse toda la mierda que nos rodea. Pero por mucho que miro a través de la ventana solo veo agitarse las plantas, el laurel de aquí para allá y un cielo despejado. Quizá este viento de Pepepótamo esté arrastrando más de lo que creo y es mi incredulidad la que no me deja ver más allá... o sí.

Cada vez que veo un telediario me acojono, y lo peor es que no dejo de verlos. ¿Habrá un punto sadomaso en todo esto? Cada noticia es peor que la anterior, y cada nueva declaración política es, si cabe, más vergonzante que la penúltima. Pero entre tanta mierda, a veces, aparece alguien o algo que te hace ver las cosas de manera diferente. El viento parece que está trabajando duro, y mientras va desenterrando a todos los incompetentes, chorizos y soplagaitas de esta sociedad nuestra, deja caer algo que suena bien, que huele bien, que tiene sentido, que habla de todos y no de uno, que es coherente.

El viento me enseñó ayer a una mujer que cree en lo que dice, que arriesga, que no guarda silencio, que combate. Ella no está sola, ella son miles. Llevan cinco años de lucha, lo sé, pero yo la escuché ayer por primera vez. Representa a muchos, a esos que se quedan en la calle porque no pueden pagar su casa. No deja de decir que su lucha es la de todos, y tiene razón, ella es solo una voz, pero qué bien la emplea. Ella tiene un nombre:Ada Colau de la PAHAda Colau PAH. Un placer, señora.

Todos tenemos derecho a una vivienda, a un trabajo, a ejercer el derecho de voto, a no ser discriminados, a una enseñanza pública y de calidad, a la sanidad, pero permanentemente se vulneran todos y cada uno de nuestros derechos fundamentales. Incluso el de voto, yo ya ni ejerzo este derecho, y de verdad que querría. Nos dicen desde sus asientos parlamentarios y desde su trono de hierro que "todos somos iguales ante la ley" y mienten. Y sí, nos estáis jodiendo por muchos frentes, pero no somos gilipollas. Por eso entiendo y comparto que la mujer que conocí ayer a través del viento nocturno diga que "hay que desobedecer leyes injustas para poder cambiar las leyes". La obediencia no nos ha hecho más fuertes, nos ha enterrado... y vivos. La vida está llena de cobardes, pero de esos no necesitamos más.

Me sorprendió también gratamente que el viento que sopla estos días con tanta fuerza me acercara hasta un político, el señorJoan Coscubiela, al que no conozco de nada y al que no he votado nunca.Con su discurso en una comisión del Congreso apoyó y defendió a la mujer de la que hablaba antes. Dijo muchas cosas, pero a mí me gustó una: "No voy a estar en silencio porque no quisiera que, como en otras ocasiones, el silencio fuese interpretado como aceptación".

Parece que el viento empuja con fuerza palabras, acciones y personas. Creo que el viento quiere que dejemos de estar en silencio...

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