La clave

El tramposo éxodo de empresas

BERNAT GASULLA

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El problema de las mentiras --y de las medias verdades, que son la manera más sibilina de engañar-- es que, de tanto repetirse, pueden acabar convirtiéndose en verdades. Esta semana hemos descubierto que ciertos voceros de Madrid han interpretado la huida de 500.000 personas de Catalunya en los últimos cinco años como una consecuencia directa del proceso soberanista. Y, cómo no, de la presión que aquí se hace sobre quien no comulga con la secesión de España.

Poco o nada han tenido que ver en este éxodo la crisis económica, el paro, las trabas a los emprendedores o los recortes en los salarios y los servicios. Todo se debe al viciado independentismo, que desata todo tipo de temores, como si en el resto de España nadie, joven o viejo, natural o inmigrante, hubiera tomado el hatillo para emigrar en busca de aires mejores.

Esta semana también, el consejero de Economía y Hacienda de Madrid,Enrique Ossorio, nos ha iluminado con otro indicador inquietante sobre los efectos perversos del independentismo. Un millar de empresas catalanas se han fugado a Madrid desde el 2010.

Unidad de mercado

Los mismos voceros citados atrás salieron como un solo hombre para atribuir la huida empresarial al «soberanismo y la asfixia fiscal» a la que supuestamente Catalunya somete a los emprendedores. Pero, ay, olvidaron varias cosas. De Valencia -donde, que uno sepa, no hay presión separatista- se habían mudado en el mismo periodo casi 800 empresas. Las ventajas fiscales que ofrece Madrid son tan atractivas como desleales. Cuando se hacía desde Euskadi se llamaban despectivamente «vacaciones fiscales». ¿Cómo debería ser calificado lo que hace la comunidad madrileña? ¿Acaso no atenta contra la unidad de mercado que tanto pregona el PP?

A las asociaciones empresariales catalanas no le constan esas huidas de sedes sociales a la capital del Estado, y además piden que la ideología no distorsione la realidad. Pero llegan tarde. La tan cacareada verdad importa poco. Aquí lo único que importa es desprestigiar un proceso político, aun a riesgo de llevarnos a todos a la ruina.