La clave

El Suresnes de Pedro Sánchez

JUANCHO DUMALL

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Pedro Sánchez, el gran triunfador en la primera fase -la recogida de avales- en la lucha por la secretaría general del PSOE,  reivindicaba en una entrevista publicada ayer por EL PERIÓDICO «un proyecto claramente socialista, que represente una alternativa y no un mero recambio del PP». Consciente de que una operación de profunda renovación como la que él promueve tiene como primer enemigo la percepción muy extendida de que PP y PSOE son los dos pilares de la vieja política, el candidato a suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba quiere marcar diferencias con la derecha desde el minuto uno.

Cuando el movimiento del 15-M censuró por igual a PP y PSOE lo hacía no desde una posición de extrema izquierda, como algunos interpretaron, sino desde el convencimiento de que el proyecto socialdemócrata español había quedado invalidado por la respuesta ante la crisis y por su sometimiento a las políticas ortodoxas marcadas desde Bruselas. Populares y socialistas aparecían, en definitiva, como los gestores que se iban turnando en el poder para aplicar unas políticas económicas injustas y sometidas a los intereses del establishment.  Eran, en definitiva, los partidos dinásticos. Y esa ha sido la imagen que no ha sido capaz de desterrar Rubalcaba y que ha terminado con su carrera política.

Caras nuevas

¿Podrán Pedro SánchezEduardo Madina o José Antonio Pérez Tapias acabar con ese estigma? No lo tienen fácil. A favor tienen que son caras nuevas, los dos primeros pertenecen a una nueva generación y los tres compiten por la secretaría general mediante la votación directa de los 200.000 militantes, lo que les da de salida un aval democrático incontestable. Pero en contra juegan el peso negativo de esas siglas para los más  jóvenes, todo lo contrario de lo que ocurrió con la restauración de la democracia, cuando la memoria histórica jugó a favor del puño y la rosa.

Claro que para entonces, el partido ya se había reinventado en Suresnes (XXVI Congreso, 1974). Lo que está por ver es si los socialistas están hoy dispuestos a un nuevo Suresnes o se conformarán con remozar el escaparate.