Pequeño observatorio

El riesgo de llegar a la cima

Alcanzar la perfección supone topar con una barrera porque ya no se puede llegar más allá

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Leí en uno de los artículos que Josep Maria Fonalleras publica en este diario lo que dijo sobre un gol de Messi un periodista argentino. «Apagamos todos, que se cierre la radio, que no haya más fútbol, que jamás, jamás, se podrá ver nada mayor». Nada mejor será posible... por lo tanto era un tanto perfecto, me he dicho. Y en el comentario de Fonalleras encuentro una frase muy sugestiva: «El gol de Messi anula el fútbol porque lo culmina».

Culminar significa que una acción, alguna cosa, llega al punto más alto. Que ya no se puede ir más allá. Me atrevo a decirlo: si en una actividad se llega a la perfección es comprensible que se pueda producir un parón. Porque perfecto.

Alcanzar la perfección es admirable en cualquier manifestación: en el ámbito industrial, en el musical, en el literario. Esa máquina es perfecta, aquella ópera es perfecta, aquel poema es perfecto. El problema es que la perfección supone una barrera. Por aquel camino ya no se puede ir más allá. Llegado a este punto existe la posibilidad de la parálisis.

Tenemos bastantes ejemplos de diseñadores de piezas perfectas que no logran repetir el gran éxito. Y músicos que no consiguieron componer una segunda melodía popular. Y escritores que tras publicar una novela que es un best seller en 20 países ya no saben qué escribir, y si lo hacen ya no tienen muchos lectores.

Si se llega a una cima, lo más previsible es iniciar el descenso. Este es el claro riesgo de un gran éxito. Y superar brillantemente este riesgo es posible, pero no deja de ser un hecho excepcional. Los que no somos unos genios en nuestros oficios, únicamente podemos aspirar a una estimable continuidad, que en lo que escribimos no falte ni gran cosa ni que sobre gran cosa.

Me parece que alguien ha dicho, en una entrevista, que aspira a la perfección. Creo que es una aspiración temeraria, porque se expone a conseguirla y descubrir que ha llegado a un país angustioso llamado Parálisis