La clave

El riesgo de exponerse

Lo que nos debería preocupar es la falta de adecuación del sistema educativo al actual cambio de época

ALBERT SÁEZ

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Estar en el candelero político es muy peligroso en la era de la transparencia. Los partidos de la denominada casta son golpeados una y otra vez por las informaciones sobre la corrupción de algunos de sus miembros y sobre la impunidad de sus tramas. Pero los nuevos actores sufren un acelerado proceso de oxidación debido a la sobrexposición en las redes y en los medios de comunicación. Como decía Andreotti, el poder desgasta pero la oposición desgasta más.

Pablo Iglesias ha sido el primero en pagar ese precio en lo político e incluso en lo personal. Ahora las encuestas descuentan ese desgaste en sus expectativas. No será el único. Hablar tiene el riesgo de equivocarse. Callar detrás de un plasma como Rajoy paga el peaje de perder la autoridad a pesar de conservar el poder. Tantos meses hablando de «ese asunto» o de «esa persona» han convertido al presidente en un ser casi invisible, alejado de los «seres humanos normales».

Subir un 3% el pan

El drama para los emergentes es que estaban acostumbrados a vivir en una zona de confort al ser silenciados, pero lo sondeos les han puesto bajo los focos de la opinión pública, publicada y compartida. Y, en consecuencia, se ven envueltos en controversias. La más famosa hasta el momento ha sido la de las facturas de Monedero en Venezuela. Pero la campaña de las municipales promete, y mucho.

Ada Colau, por ejemplo, tuvo que explicar en algo más de 140 caracteres porqué una candidatura basada en la política horizontal va a convertir su mediático rostro en el logotipo electoral. Rápidamente la acusaron de propiciar el hiperpersonalismo que tanto maldicen sus futuros votantes.

Algo similar le pasa al emergente Albert Rivera que ya lleva nueve años subido al coche oficial pero que la indiferencia de ciertos medios hacia lo catalán le permite vivir una segunda frescura en la política de Madrid. Ciudadanos se presenta ahora bajo las faldas económicas de Luis Garicano que acaba proponiendo subir un 3% el precio del pan. Un poco de historia les iría bien para saber las consecuencias de tal medida.