Geometría variable

El reverso de la campaña (4). El descrédito

JOAN TAPIA

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Toda campaña electoral es una lucha por el poder y los golpes acostumbran a ser duros. Se simplifica mucho y se escapan exabruptos y barbaridades. Vale. Lo peor viene cuando la simplificación es una falsedad e incluso una mentira porque entonces, a medio plazo, baja el crédito de la clase política. El ataque al enemigo se convierte así en pan para hoy y hambre para mañana. En estas europeas el análisis -sin ponerse exquisito- deprime bastante. Veamos.

El candidato de ICV -con la verde alemana Ska Keller de bandera- hace una campaña utopista pero simpática (línea Herrera-Camats). Pero IU-ICV aprovecha poco el desgaste de los grandes partidos. Crecerá respecto al 2009 (entonces José Luis Rodríguez Zapatero todavía creía en su infalibilidad), pero la intención de voto ha bajado del 14,7% hace un año al 11%. Quizás se deba al aire arqueológico de IU que vuelve a presentar a Willy Meyer, quien dice en campaña sin rubor que en Cuba no hay presos políticos. Y en Europa la protesta contra la política económica (salvo en Grecia y algo en España) la capitaliza más la derecha antieuropea que los partidos a la izquierda de la socialdemocracia.

El nacionalismo (CiU y ERC) jura que la independencia no conllevaría ningún problema en la UE. El filósofo Josep Maria Terricabras llega a decir que si Catalunya se quisiera ir, toda Europa correría a pedirle que se quedara. Vale, pero la única candidata a favor del referendo es la que apoya ICV. El candidato liberal, el inteligente Guy Verhofstadt, apoyado por Mario Vargas Llosa, hace carantoñas (Ramon Tremosa es del grupo liberal) pero evita mojarse. Ayer lo hizo: «Los catalanes creen que tienen derecho (al referendo) y queremos que puedan expresarse y elegir su futuro. Tienen una larga historia. Dicho eso, si hay que construir la política sobre la historia, puedes terminar como en Ucrania. Espero que con el diálogo entre catalanes y españoles se encuentre una solución». Si el autor de la frase no fuera belga sino catalán (pongamos Pere Navarro) el agitprop independentista le crucificaría. ¡La sintonía de CiU con Verhofstadt y Jean Claude Juncker es inmensa!

El PP presume de españolista pero el ministro Guindos -de los más ilustrados del lugar- no duda en iniciar en campaña un proceso para destituir a Magdalena Alvarez de vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) por su imputación en el caso de los ERE por la jueza Mercedes Alaya (contra el criterio de la fiscalía). Y el ministerio inquiere al BEI si la continuidad de Alvarez no supone un «riesgo reputacional» para la institución. ¿No saben que Alvarez es española y que la tan querida Marca España también tiene «riesgo reputacional»? En el mundo, Alvarez es más española que socialista, pero en campaña todo vale y debe haber algún listillo (entorno Guindos) con aspiraciones. ¡ Luego María Dolores de Cospedal atribuirá la mala imagen de España en Catalunya al odio que siembra Artur Mas!

Y el PSOE… Miguel Arias Cañete metió la pata hasta el fondo. No en el debate con Elena Valenciano-un mal día lo tiene cualquiera- sino la mañana siguiente al justificarse. Normal, pues, que el PSOE ataque al cabeza de lista del PP que Mariano Rajoy escondió hasta el último momento. Pero de eso a hacer campaña para que no sea comisario europeo hay un trecho. España tendrá un comisario (ahora es Joaquin Almunia) y es tirar piedras sobre el propio tejado hacer como el PP con Maleni. En cambio, el lunes se supo que el déficit comercial ha subido un 60% en el primer trimestre (una bofetada al triunfalismo económico) y nadie abrió la boca. Y es que la ausencia de cerebro económico en la campaña socialista es clamorosa.

Que voten el domingo lo mejor posible. No es asignatura fácil.