MIRADOR

El PSOE vira a la derecha

¿Por qué diablos Podemos tendría que bendecir el giro del PSOE a la derecha con una clamorosa abstención?

Albert Rivera y Pedro Sánchez, antes de su reunión del pasado jueves en el Congreso.

Albert Rivera y Pedro Sánchez, antes de su reunión del pasado jueves en el Congreso. / AGUSTÍN CATALÁN

XAVIER BRU DE SALA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

He aquí el resumen de la semana. Pedro Sánchez, empujado por el PSOE, se ha metido en la trampa del inmovilismo. Tiene permiso de los suyos para ser investido, pero a condición de prescindir de los votos que se sitúan más allá de la esfera del 'establishment' de la derecha centralista. Ciutadans y Albert Rivera se reavivan por imposición del PSOE a su secretario general. Le han recetado la muleta de Ciudadanos y Sánchez no tiene margen. Rivera, encantado. Ya que Ciudadanos quiere pastel y el PP se ha quedado sin (por ahora), pues pone las cosas fáciles. Muy bien.

Supongamos que después de muchas filigranas, Sánchez llega a ser investido. Podría ser presidente con 140 votos a favor y 71 abstenciones. Pero sin una mayoría más o menos estable de 176 diputados no se puede gobernar. Suponiendo que el escenario del pacto PSOE-Ciudadanos no sea un efímero cuento de la lechera, y que la presión sobre Podemos obtenga un resultado equivalente al 'pressing CUP' en Catalunya, ¿dónde está la mayoría para gobernar? ¿Pactismo asimétrico? ¡Pesimismo simétrico! La cuestión es instalarse en la Moncloa, aunque la butaca sea un taburete de dos patas. Después ya hablaremos.

Ahora bien, la CUP es independentista, como Junts pel Sí, pero Podemos es de izquierdas. ¿Por qué diablos Podemos tendría que bendecir el giro del PSOE a la derecha con una clamorosa abstención? Quizá será el tema de la próxima semana. No habría que sacar tanta punta al mismo lápiz para concluir que, virando a la izquierda y rechazando a los independentistas (o pidiéndoles por favor que lo rechacen), Sánchez podría ser investido con 156 votos a favor (PSOE y Podemos más IU), 154 en contra (PP más todos los periféricos) y las 40 abstenciones de Ciutadans. Si el PSOE fuera la mitad de izquierdas que sus votantes, este escenario también estaría sobre la mesa. A pesar de tener el 'establishment' en contra, no lo descarten. Sánchez es valiente y encaja los riesgos.

Dicho lo cual, un par de notas sobre el debate publicado. Primera, Grecia no se ha hundido en la miseria por culpa de Syriza, sino del clientelismo galopante y las trampas de los dos grandes partidos. Quizá Tsipras no revertirá la situación, pero no es quien ha traído el país al desastre. No nos engañemos, si en España los partidos nuevos pasan de 100 diputados, es culpa de los abusos del PP y el PSOE, no del chavismo.

Segunda, pretender cambiar la naturaleza de estos políticos para convertirlos al buenismo es demagogia intelectual: "¡Recuperad la decencia!". Claro, claro, como si el poder y la decencia pudieran ir del brazo y sobre todo en España. "¡Confesaos, cubríos la cabeza de ceniza, pedid perdón!". ¡Venga, hombre! Musiquillas de predicador para embaucar el lector. Más exactamente, hacerle la pelota para quedar bien.