La rueda

El PSOE no levanta cabeza

CARLOS ELORDI

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El dato más contundente de las primarias socialistas -los demás son hipótesis de futuro o ilusiones- es el de que cerca del 35 % de los afiliados no ha votado en ellas. Caben dos explicaciones a un hecho tan inaudito y ambas, la segunda más que la primera, serían signos muy claros de la pésima situación interna que vive la organización. Una es la de que el censo estaba inflado: ya ocurrió en 1998, cuando a la hora de elegir entre Borrell Almunia el PSOE tuvo que reconocer que no tenía 400.000 inscritos sino la mitad. La otra es tal vez más inquietante. Porque implicaría que a más de un tercio de los militantes socialistas les importa muy poco quien vaya a dirigir el partido, lo cual es casi lo mismo que decir que les importa muy poco el partido mismo.

Si se extrapola ese dato al conjunto de la ciudadanía se llega a un resultado electoral próximo al que el PSOE obtuvo en las europeas. Es decir, a un desastre. El espectáculo de la campaña que ha precedido a las primarias ha divertido a algunos, pero esa sigue siendo la situación: en estos momentos los socialistas no son, ni de lejos, una alternativa al poder del PP. Y los millones de votantes que le han abandonado, yéndose a la izquierda o a la abstención, no van a volver solo porque la cara de Rubalcaba haya sido sustituida por una más joven y fresca. Quién sabe si incluso algunos de los que quedan no van también a marcharse porque, para ellos, el anterior secretario general tenía activos que este no tiene.

Y luego está el caos interno en el que Pedro Sánchez tendrá que desenvolverse. Inextricable, pero formidable y seguramente paralizante.  Por muy mal que esté, el PSOE sigue controlando mucho poder y nadie, ni cuadros ni organizaciones territoriales, está dispuesto a ceder la parte que cree que le toca. Y eso puede acabar con cualquier líder en unos pocos meses.