El PSOE contra sí mismo

JOAQUIM Coll

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Hacer hoy una previsión electoral es enormemente arriesgado. Lo más certero que puede decirse es que hay un empate entre PP, PSOE y Podemos. A más distancia se forma un cuarto polo entorno a C's tras el salto de Albert Rivera a las Españas. Cualquier resultado es posible. Los populares tienen aún una reserva de voto en la abstención y margen, por tanto, para levantar sus expectativas, aunque muy por debajo de su actual mayoría. Podemos todavía es una incógnita. Pero de la misma forma que ninguna encuesta detectó su irrupción en las europeas, ahora probablemente está sobrevalorado.

Al partido de los incorruptibles ya le están saliendo cositas,tras la beca de Íñigo Errejón, la empresa de Juan Carlos Monedero anda estos días bajo sospecha. Y más feos que le sacarán, aunque sean nimiedades en comparación con los escándalos de corrupción que afectan al PP o a CiU o con las salpicaduras que manchan a los socialistas. Se llevará el gato al agua quien aguante mejor los numerosos avatares, cometa menos errores y consiga situar sus temas en el debate. Mariano Rajoy no tiene ya otro discurso que la recuperación económica, y va a hacerse el sordo para todo lo demás, sobre todo ante lo que pueda decir su extesorero Luis BárcenasPablo Iglesias va a seguir sacando provecho del desgate de los otros y del enfado general por las injusticias de la crisis.

Entre tanto, lo más sorprendente es que el PSOE, que de una forma u otra tiene muchas opciones de volver al Gobierno dentro de un año, se está instalando en una inestabilidad suicida. Todo arranca de las prisas internas por despachar a Alfredo Pérez Rubalcaba y del error de convocar primarias para secretario general en lugar de acelerar la elección del candidato a la Moncloa. Ganó Pedro Sánchez, al que se le pueden reprochar diversos errores y carencias, pero en estos seis meses se ha dado a conocer y está bien valorado en las encuestas en un momento muy difícil. Sin embargo, sufre ahora mismo una campaña de acoso que eleva a categoría anécdotas como la del GPS en EEUU, escondiendo un viaje con una agenda de encuentros importantes que pocos políticos en España pueden hacer.

Jugar desde el propio partido a debilitar a Sánchez a las puertas de unas elecciones municipales que también son autonómicas en muchas comunidades es un disparate mayúsculo. Se habla mucho de los deseos de Susana Díaz. Sería otro suicidio que se presentase a las andaluzas diciendo que opta para irse dentro de unos meses. Sánchez necesita mejorar, sobre todo el equipo que tiene en Ferraz. Pero si el PSOE se enreda ahora en un debate a destiempo y abre una nueva guerra por el liderazgo, se estará disparando contra sí mismo. Y el espacio socialdemócrata puede ser triturado por la polarización que tanto interesa al PP como a Podemos.