El proceso empieza a teñirse de disparate

Es penoso que la ANC se sienta con autoridad sobre Mas y que este crea que puede forzar a ERC a una lista única

JOAN TAPIA

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El triste espectáculo del domingo es el punto final de una serie de despropósitos al que nos ha conducido la sublevación independentista emocional de muchos (comprensible) y la 'profesional' de otros (menos justificada). Es penoso que una entidad privada, meritoria por sus éxitos organizativos y sus fines altruistas (en principio), que pide la independencia porque cree que Catalunya tiene poco autogobierno, no vacile en ordenar con voz atronadora al 'president' de Catalunya -salido de unas elecciones y votado en el Parlament- un adelanto electoral. Olvidando (o ignorando) que esa es una facultad reservada al jefe del Ejecutivo catalán y que hasta el momento solo lo exigía la oposición bronca del PPC Ciutadans (en su papel), y creo que (una mala tarde) Pere Navarro.

Pero que los independentistas chantajeen a Artur Mas con no apoyar la seudoconsulta del 9-N si no convoca elecciones, o sea que renuncie a uno de sus poderes como 'president' de Catalunya, revela una ausencia total de 'seny' institucional, de sentido de Estado.

La ANC (es raro que una entidad privada se bautice como Assemblea Nacional en un país que tiene un Parlamento electo) ha cedido a la presión de Mas, ya que sin su apoyo la pseudoconsulta naufragaba y el ridículo era monumental, pero ha respondido con algo similar al chantaje: te ordenamos que convoques elecciones en tres meses.

¿Cómo se ha podido llegar a este dislate? Sí, el Gobierno de Madrid y el PP, incluso el PSOE, tienen culpa porque el proceso del Estatut sublevó a gran parte de Catalunya. Pero la indignación no es buena consejera. ¿Fue astuto Mas al decirle a Mariano Rajoy, tras la gran 'mani 'del 11 de septiembre del 2012: o pacto fiscal o me apunto a la independencia? ¿Es que los vascos y navarros no son españoles? Y el resultado de aquellas elecciones -en las que Mas se presentó como el Moisés catalán- fue que CiU perdió 12 diputados, ERC ganó 11 y la CUP entró con tres. Mal.

Lanzado a no rectificar -Rajoy tampoco daba pie-, Mas aceptó la poco realista condición de ERC de la consulta independentista en el 2014. Él sabría torear más que Rajoy el Estado de derecho. Al final, ni ha podido celebrar la consulta -Miquel Iceta se lo advirtió- ni tampoco instrumentar su plan b: una lista única para unas plebiscitarias con Oriol Junqueras porque ahora los sondeos dan ganadora a ERC. ¿Por qué iban los republicanos a renunciar a una posible victoria -la primera desde el 36- para favorecer a otro partido, además muy cuestionado?

MUCHA MANGA ANCHA

Por eso, el prestidigitador ha cambiado la consulta por una seudoconsulta sin garantías. Decir que concentraciones con papeletas y urnas (sin censo y con todo controlado por voluntarios militantes) es un "proceso participativo" revela... mucha manga ancha. Y presionar a la ACN para que la avalara y así forzar a ERC a la lista única...

Ahora a todos se les ve el plumero. A la ANC porque tiene que apoyar un sucedáneo, que no le gusta y sabe que es un engaño, para salvar el proceso. A Mas porque la ANC traga pero a cambio le chantajea exigiendo elecciones inmediatas. Y a ERC porque en vez de subrayar que las listas únicas, los programas únicos y los sueños de partidos del 'president' son sospechosos, dice oponerse a esa lista no por respeto del pluralismo, sino por maximalismo. Exigiendo el día después (suponiendo que esa lista gane, que está por ver) la proclamación del Estado independiente.

¡Extraño! Pero no tanto. Es bastante raro que una parte inteligente e ilustrada de un país que no ha logrado hacer una ley electoral propia en 24 años de autonomía crea que el culpable de todos los males es España. Pero así es.