El PP (sin Aznar) ve el vaso medio lleno

JOAN TAPIA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Esta semana empieza la campaña electoral y salvo sorpresas -el forcejeo Mas-CUP seguirá- la atención se centrará en el resultado de las legislativas. Y en las consecuencias que pueda tener sobre el mapa catalán en el que al parecer hay, por este orden, cuatro fuerzas casi empatadas: Ciudadanos, ERC, PSC y Democràcia i Llibertat (CDC).

¿Puede volver a ganar el PP el 20-D? Tras escuchar y esforzarme en leer los labios a algunos de sus dirigentes en las interesantes jornadas anuales de S' Agaro, mi impresión es que en las filas populares creen que el vaso está un poco más que medio lleno. Nada de soñar mayorías absolutas pero si apuesta firme a que serán la primera fuerza con cierta ventaja sobre el PSOE que la encuesta del CIS de octubre cifraba en casi cuatro puntos (29,1% frente a 25,3%). Reconocen que hay volatilidad y que Ciudadanos, que está de moda, tiende al alza pero no creen en el cuasiempate a tres que pronostican algunos últimos sondeos ('El País' y 'El Mundo').

Alvaro Nadal, director de la oficina económica de la Moncloa y quizás el ministro-cerebro del ramo de un hipotético nuevo Gobierno de Rajoy, destacó los cimientos. La economía está superando la crisis con nota (crecemos al 3%), se crea empleo y el motor es ya el consumo privado. Lo que no dijo Nadal -pero subyace- es que la bajada de retenciones hecha a mitad de año, imprudente según Bruselas y muchos analistas, dificulta cumplir con el objetivo de déficit público, así como las nuevas promesas de descenso del IRPF de Rajoy, se espera que  'dopen' las expectativas. 

También creen que el tono 'pendenciero' de la resolución rupturista del Parlament (sin que el independentismo haya alcanzado el 50%) ha colocado al PP en una posición cómoda. Según los populares que pasaron por S' Agaró, para muchos electores la discutible responsabilidad de Rajoy por la falta de diálogo en la legislatura queda relegada a segundo plano cuando se visualiza una amenaza a la brava a la unidad de España, sin mayoría suficiente y saltándose la legalidad. Rajoy ha sido “indultado” de su culpa (si la tuvo) y Artur Mas ha pasado a ser a los ojos de la mayoría de ciudadanos el gran perturbador. Y que insista (y esperan que lo obtenga) en el apoyo de la CUP también les beneficia. No es fiable.

Algo parecido ocurre tras los atentados de París con el terrorismo yihadista sobre el que el ministro Jorge Fernández Díaz se explicó bastante a fondo (mas en el coloquio que en la conferencia). La amenaza preocupa al elector y le hace recelar más de los experimentos. Sí, en el 2004 pasó lo contrario pero -aseguran- ahora el Gobierno encara el problema con responsabilidad y moderación, sin forzar las cosas. ¿Y si Aznar resucita el miedo a la derecha? No, no va a estar en la campaña. ¿Porque polariza negativamente? Simplemente no estará.

“Si lo hacemos bien -y de momento vamos bien- podemos sacar el 30% de los votos y 145-150 diputados. Si nos equivocamos podemos caer a 120 porque la situación es muy fluida aunque siempre seguiríamos llegando los primeros”. Con 150 pactar el futuro es más relajado que con 120. En esa cota se huele peligro.

Las claves son la mejora económica y la templanza ante el conflicto catalán y el terrorismo. ¿Suficiente para hacer olvidar la conflictividad política y social de la legislatura y los escándalos de los casos Gürtel, Bárcenas…? Es una pregunta clave. La otra es si en campaña Rajoy va a saber ser un líder próximo e integrador. La negativa a debatir con Rivera e Iglesias -o la delegación en Soraya Sáenz de Santamaría para el debate de Antena 3 tenderá a recordar el pecado de prepotencia.