Geometría variable

El 'misterio Pujol' sigue abierto

JOAN TAPIA

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Como explico en el libro '¿España sin Cataluña?' (apunte del 26 de septiembre), desde su confesión de julio el 'president' Pujol prioriza la defensa jurídica de la familia sobre su prestigio político. El delito fiscal está prescrito por la regularización, en Andorra hay secreto bancario y no se aclarará nada, y en los procesos abiertos (su mujer y seis de sus siete hijos están imputados) las acusaciones se deberán probar. Jordi Pujol se inmola para blindar el origen de la fortuna familiar. Puede ser una buena estrategia jurídica, pero tiene costes políticos.

Como ayer repitieron con práctica unanimidad los diputados, incluido el de ERC, la familia Pujol podría demostrar sus afirmaciones levantando el secreto bancario de sus cuentas en el extranjero. Y no solo no lo hacen, pelean en contra. Se enfrentan a enojosos procesos en los tribunales y quieren salir con pocos daños. Y ayer Jordi Pujol y Marta Ferrusola continuaron con esta estrategia y el 'president' descalificó las preguntas de los diputados con una frase ocurrente: "'Diuen, diuen, diuen...'", que recuerda aquella de otra época: "'Avui no toca'".

El coste para CDC es obvio porque Pujol ha sido su ideólogo, fundador y líder indiscutible hasta hace poco. Y uno de sus hijos, Oriol Pujol, fue el secretario general y número dos del partido hasta días antes de la confesión paterna. Además, el testimonio de la pasada semana de Francesc Cabana (cuñado de Pujol padre), y de su jefe de prensa Ramon Pedrós, no dejan en buen lugar ni al president ni a los que le rodeaban y dicen desconocer posibles beneficios de sus hijos en base al poder político del padre.

Ahora, bajo la dirección de Artur Mas y de un nuevo núcleo de dirigentes como Josep RullLluís CorominasJordi TurullFrancesc HomsMercè Conesa... CDC quiere refundarse. Mejor que se salgan porque ha sido un partido central de Cataluña y positivo para España, aunque su apuesta independentista -muy distinta a la praxis política de Pujol y Miquel Roca- puede ser un error.

Muy distinta fue la actitud de Jordi Pujol Ferrusola. El primogénito se negó a contestar -alegando que tiene que comparecer ante la jueza- sobre el legado de Florenci Pujol y su evolución pese a que fue su administrador desde 1990. Por el contrario, se defendió con explicaciones largas sobre su múltiple actividad empresarial. Lo hizo con gran soltura pero su testimonio, aunque hábil, peca de poca credibilidad. Atribuir la culpa de su dinero situado en paraísos fiscales a una sucursal barcelonesa del BBVA suena a cuento chino puro y duro. Definirse con reiteración como "dinamizador económico" y dar prolijas explicaciones sobre Tivisa y los vertederos, la compra de automóviles de lujo (siempre antiguos, a buen precio y a gente necesitada de vender), o la relación entre puertos mediterráneos y argentinos, está bien pero no explica cómo se hace una fortuna que no quiso detallar.

Y argumentar que entiende de muchos asuntos alegando que Gutiérrez Díaz estuvo en una comisión sobre energía nuclear o que Laia Bonet ha sido contratada por Acciona sin saber de agua parecen ganas de confundir al personal. Decir que trabaja con Isolux o Copisa pero nunca en Catalunya sino en Gabón... pues quizá. Demostró ser un "dinamizador" hábil, con labia y no carente de soberbia. ¿Un genio de los negocios y del comercio internacional con más habilidad que los grandes profesionales? Los padres, acogiéndose al derecho a no declarar, y el primogénito, más soberbio que convencido, y con un alegato final disparatado, no ayudan a despejar las grandes incógnitas que preocupan a Catalunya.