Al contrataque

El método Albiol

ERNEST FOLCH

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Este artículo debe empezar admitiendo que quizá ha fracasado. La paradoja es que ustedes no deberían leer lo que van a leer y sin embargo lo van a leer. La pregunta es sencilla: ¿qué hacer cuando un pirómano provoca un incendio? Sin duda, ignorarlo, pero sin embargo caemos a menudo en la tentación de denunciarlo y darle publicidad: de ahí la derrota. El artículo que no debería escribirse empieza y acaba en el mismo momento en que aparecen unos carteles electorales con el lema Limpiando Badalona firmados por el ínclito alcalde AlbiolEl método es tan viejo como el mundo, y consiste en tirar la piedra y esconder la mano. La piedra es siniestra y envenenada: por mucho que se niegue, apela sin vergüenza a la xenofobia, al racismo más primario, y contiene reminiscencias calculadas de limpieza étnica. Pero, preguntada por la piedra, la mano se esconde y pretende decirnos que en realidad está hablando en sentido literal de los basureros, como si fuéramos idiotas, dejándolo todo claro pero a resguardo de cualquier conflicto legal.

El método Albiol es un plagio del método Marine Le Pen, que aprendió rápidamente que se puede decir lo mismo que el padre sin necesidad de mojarse. Albiol, como Le Pen, ha entendido que el odio se transmite sin necesidad de concretarlo: basta con vaporizarlo en una palabra, en este gerundio de redacción de primaria, para que flote en el ambiente, invisible, sin que el delito pueda denunciarse. No siempre los escribas son tan sutiles. En otros ayuntamientos se han lanzado al trazo grueso: en Rubí el PP nos dice directamente que «a Rubí, els llocs de treball pels rubinencs», y por si no lo hubiéramos entendido: Primer els de casa! Y es que, acorraladas por Ciutadans en su lucha por el voto anti-procés, muchas franquicias locales del PP han empezado a pescar en las aguas peligrosas pero fértiles de Plataforma per Catalunya, la prueba de que en la sociedad catalana siempre hay sitio para más manzanas podridas. Albiol es el máximo exponente de este supremacismo racial encubierto que explica por qué no hay nada a la extrema derecha del PP: es sencillamente él mismo. Badalona es ahora el nuevo centro de I+D para actualizar y destilar el ideario del Ku Klux Klan, pero siempre a pocos grados de la ebullición, para que pueda ser convenientemente negado en la entrevista correspondiente.

La propaganda del fuego

Llegados a este punto, habrá que dar la razón a los que, entre la denuncia y el silencio, optan siempre por este último. El pirómano, el agitador y el encapuchado, más que el incendio, buscan la propaganda del fuego. Ser noticia es el objetivo. Por eso, si este artículo es otro trofeo en su vitrina, habrá que terminar como hemos empezado y con otro gerundio: admitiendo el descalabro. Cierto, este artículo, como la sociedad que los vota, ha fracasado.